Tras el último adiós a Úrsula, la joven asesinada por su ex pareja, su mamá habló con la prensa y reveló: "Estoy fuerte, estoy de pie".

Acompañada por familiares, amigos y allegados de la joven la mujer expresó con profundo dolor: "Un ángel se fue al cielo, quiero justicia".

Con llamativa entereza en medio de tanto dolor, Patricia Nasutti, la mamá de Úrsula Bahíllo, prometió que hará justicia para reparar la muerte de su hija de 18 años, víctima de un femicidio en la localidad de Rojas.

“Yo le prometí, rezando encima de su cajón, que voy a hacer justicia”, avisó la mujer, en la despedida de los restos de la chica. “Nos entregaron a nuestra niña degollada y con un dedo cortado. Creo que se fue un ángel al cielo”, dijo.

“Úrsula era una hija que no tomaba, no fumaba, no bebía, jamás”, recordó Nasutti. “Hoy es un mártir por haber derramado su sangre a manos de una persona realmente asesina, un violador”, dijo en referencia a Matías Martínez, el policía acusado del crimen.

Con enorme fe religiosa (es catequista hace 24 años), la mujer contó detalles de su despedida íntima. “Le hice la cruz en la frente varias veces, hacía tres días que no se la hacía y sabía que ya no se la iba a poder hacer más. Y le hablé al oído acariciándola, diciendo que la amo. Voy a seguir entera y de pie, fuerte como un roble. Sé que de ahora en más Úrsula va a ser nombrada en muchos lados”.

Tras el velatorio, el cortejo fúnebre partió hacia la parroquia del pueblo, donde se realizó una misa, y luego se dirigió al cementerio de Rojas.

Mientras tanto, salen a la luz nuevos indicios sobre Martínez, agente de la Policía bonaerense, en donde había recibido una licencia psiquiátrica tras haberse acumulado denuncias por violencia de género. Las últimas habían sido de Úrsula, su ex novia. También se supo que el 9 de enero, un mes antes del femicidio, Nasutti se había presentado en la Comisaría de la Mujer local, donde contó que el efectivo golpeaba a su hija.

Días más tarde fue la propia Úrsula, en persona, quien pidió medidas de protección. Sin embargo, pese a la decisión del Juzgado de Paz local de proveer un botón antipánico a la joven, el Ministerio de Seguridad contestó que “no tenía disponibilidad” de dichos dispositivos.