El crimen de Navila Garay, de 15 años, ocurrió en septiembre de 2019 y su familia luchó todos estos años para que el acusado Néstor Garay sea condenado por femicidio. Sin embargo un jurado popular consideró que debía ser juzgado por homicidio simple al hombre, con quien no tenía parentezco a pesar de llevar el mismo apellido, que la asesinó a mazazos e.  Chascomús. En lugar del homicidio agravado por femicidio y alevosía que había pedido la fiscalía.

La jueza Claudia Castro en los tribunales de Dolores fijó la pena en 16 años de prisión.

En la sentencia, la jueza tomó como atenuante “la situación de vulnerabilidad del imputado  su precaria educación, la pobreza extrema en que se desarrolló en la niñez, así como la violencia padecida en la infancia”.

Pero al mismo tiempo incluyó como agravante el hecho de que Navila Garay tenía tan sólo 15 años y toda una vida por delante que se vio truncada en manos de su agresor -el imputado Néstor Garay- quien resultaba ser, además, un sujeto 31 años mayor que la niña, lo que denota un mayor grado de peligrosidad”. También computó como agravante “la violencia inusitada por parte del acusado para terminar con la vida de la adolescente.

"La verdad que a Navila la mató el femicida y la vuelve a matar la Justicia. Y a nostros también nos mataron dos veces. Le dan más años a un chorro que a un femicida", dice a Cronica.com.ar Silvina Garay tía materna de la víctima.

"Ella era una nena con muchos sueños, era alegre y el femicida le quitó todo. Ella iba a trabjar a su casa para limpiar", relata la tía que antes del ataque no sabía de ninguna situación de violencia

"Tenemos una bronca y amargura.  Nunca pensé que lo fueran a condenar con tan poco", afirma la tía, que como el resto de la familia esperaba que fuera condenado por femicidio. "Estamos muy mal, desilucionados con la justicia. Nunca esperamos esto. Siempre pensamos que le iban a dar perpetua", resaltó.

Navila Garay tenía 15 años cuando fue asesinada.

"Pienso que los que integraron el jurado popular  no tienen noción de lo que decidieron. No se pusieron en el lugar de Navila que era una nena. De todo lo que le hizo, como la dejó el femicida. La dejó sin rostro de tantos golpes que dió, le quebró las dos muñecas, lo dedos de la mano. Ellos vieron esas imágenes", sostiene Silvina. 

"Todavía no puedo creer lo que decieron. Ojalá nunca ellos tengan que pasar por algo así. Es tan doloroso. Te destruye, te llena de odio. No se pusieron en el lugar de nadie", considera la tía que decidió no ir al juicio.

"Tantas veces me lo imaginé enfrente. Hasta soñé que me le tiraba encima y lo lastimaba. Mi mamá y mi hermana si estuvieron y lo vieron. Sintieron odio, bronca, impotencia de no poder decirle nada. Porque nuestro abogado les pidió que se contengan. Por ese motivo. Yo no fui porque sabía que no me iba a poder contener. Lo odio tanto. Nos arruinó la vida", asegura.

La tía dece que "extraño su voz, su risa. Las visitas de ella. Daría lo que no tengo para volver a verla darle un beso, un abrazo. La llenaría de besos y le diría que la amo tanto que no hay un día que no piense en ella"

Navila tiene seis hermanos. "Te parte el alma cuando te preguntan los más chiquitos cuándo van a volver Navila. Les decimos que está en el cielo. Que ya es un angelito. Pero son chiquitos no entienden", relata angustiada. 


El 10 de septiembre de 2019 Garay llevó a la adolescente a una casa quinta que sabía estaba desocupada y allí la mató a mazazos. En el mismo predio, enterró el cadáver y le dijo a la dueña del lugar que había enterrado un perro. El cuerpo fue hallado 5 días después.

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