La injerencia de bandas dedicadas al narcotráfico se vuelve una hipótesis cada vez más fuerte en la investigación por el crimen que conmovió a la ciudad de Rosario y que culminó con la muerte de una pareja y de su hija de un año. Las víctimas habían salido de una fiesta de casamiento y los elementos reunidos en la pesquisa sugieren que en esa reunión había muchos miembros vinculados con esa actividad.

Los asesinatos ocurrieron en la madrugada del sábado en el paraje conocido como Ibarlucea, cuando una camioneta con vidrios polarizados interceptó al vehículo en el que viajaban Iván Maximiliano Giménez, de 33 años; su pareja Erica Vanesa Romero y la pequeña hija de ambos, Elena. El Audi TT en que viajaban fue acribillado a balazos.

Conexión narco

Una vez avanzada la investigación, una de las hipótesis que más fuerza tomó fue la de un rastro narco detrás del crimen. ¿Cómo se llegó a esta teoría? Según diferentes fuentes consultadas por el medio La Capital, algunas personas que participaron de la ceremonia tendrían relación con el comercio de estupefacientes.

De acuerdo a esa publicación, la novia, Brisa Milagros Leguizamón Ferreyra, sería integrante de la banda del Tata Medina y había recibido una sentencia de arresto domiciliario. Además, distintas agencias penales que participan en la investigación de este hecho coincidieron en que entre los invitados al casamiento de esta pareja había varios personajes conectados al tráfico de drogas.

El cuerpo de la mujer habría sido encontrado dentro de un auto carbonizado. 

Triple crimen

En la madrugada del sábado, Iván Giménez salía del mencionado evento con su hija Elena (1) y su pareja, Erica Vanesa Romero, en un Audi TT color blanco. A pocos metros del predio, fueron interceptados por una camioneta Volkswagen Amarok con un fuerte polarizado en sus vidrios. Una vez los alcanzaron, comenzó una balacera contra los adultos y la niña. El hombre y la bebé resultaron heridos y fueron trasladados de urgencia al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Lamentablemente, poco pudieron hacer los médicos y ambos fallecieron al poco tiempo.

En cuanto a Romero, si bien no se sabe a ciencia cierta qué paso con ella luego de acompañar el auto que trasladaba a su pareja, fue encontrada sin vida dentro de un vehículo incinerado en el medio del campo, a solo 3 kilómetros de donde se realizó al fiesta.

La investigación del bautizado “triple crimen” está en manos del fiscal de de la Unidad de Homicidios Dolosos, Gastón Avila, y de la Agencia de Investigación Criminal.

En cuanto al accionar de Ávila, ya le ordenó al Gabinete Criminalístico un relevamiento de la escena del crimen, la realización de pericias fotográficas, un croquis del lugar, levantamiento de rastros y la toma de toma de testimonios a personas que se encontraban en el evento (familiares de las víctimas y allegados).

En adición,  requirió el relevamiento de las cámaras de videovigilancia para determinar la mecánica del hecho.