Recluido en su casa, el neurocirujano Leopoldo Luque, imputado en la investigación por la muerte de Diego Maradona, espera la resolución de la junta médica sobre si el deceso se pudo haber evitado. La difusión de los últimos audios, en los que él pide armar una historia clínica y advierte que el Diez podría morirse, lo dejaron en el centro de la escena.

“Fueron días de conversaciones presentados en 34 minutos, fuera de contexto, indicó el médico en una escueta declaración a Toda Pasión. Además de Luque, los mensajes de voz de WhatsApp también pusieron en jaque al entorno del ídolo, a quien le daban alcohol y marihuana pese a su estado de salud, según sus propios integrantes revelaron en esas conversaciones.

Pero los vecinos de la calle 30 de septiembre, en la localidad bonaerense de José Mármol, donde vive el neurocirujano, no creen que haya negligencia médica.

Al contrario, una vecina consideró al mencionado sitio que Luque “es un perejil” y que nada tiene que ver con la muerte del mejor futbolista argentino de la historia. “La familia se tendría que haber hecho cargo de Maradona. ¿No podrían las hijas haber cuidado al padre y no dejarlo a merced de esos chupasangre?”, se preguntó.

La casa de Leopoldo Luque en la calle 30 de septiembre (Jonatan Moreno/Crónica).

Otros residentes del barrio, al cual el médico se mudó hace apenas año y medio, coincidieron en que Luque “es una muy buena persona, con un perfil muy bajo y que nunca tuvo conflictos”. Incluso algunos se acercaron a darle palabras de aliento y su apoyo cuando explotó la causa.

Antes de la muerte del astro, el pasado 25 de noviembre, Luque era visto más seguido por la cuadra, paseando con sus hijas, haciendo las compras vestido con ropa informal y hasta andando en bicicleta. En ese tiempo, cosechó una buena reputación entre los vecinos al atender a un hombre que se había descompuesto, después de que su mujer le tocara el timbre desesperada porque su esposo no se encontraba bien, recordó una vecina.

En los últimos días, ni Luque ni su familia salen de su casa para evitar ser fotografiados. Mientras tanto, el equipo de fiscales coordinado por el fiscal general de San Isidro John Broyad, e integrado por sus adjuntos Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y por la fiscal de Benavídez, Laura Capra, esperaban que inicie este lunes la junta médica con las conclusiones finales, las cuales -estimaban- podrían darse a conocer en abril.