La comunidad de Bella Vista no sale de su asombro tras el brutal femicidio de Rocío Macarena Quesada, de 28 años, quien fue asesinada por su ex suegro, quien la atacó a balazos mientras ella trabajaba en su peluquería, por considerarla responsable de la muerte de su hijo. Tras el crimen, el femicida se suicidó.

Apenas cuatro meses antes, la joven peluquera cambió su foto de perfil en redes sociales sumándose a una campaña de mujeres contra la violencia machista y los femicidios.

En su foto, en color violeta, Quesada había posteado la frase: "Nací para ser libre, no asesinada". En estas horas, la publicación -que data del 7 de septiembre del 2020- sumó comentarios de "#JusticiaPorMacarenaQuesada".

"Con este hecho son dos los femicidios ocurridos en Tucumán en lo que va del año. También se registraron dos intentos de femicidios, una muerte violenta y una esta en proceso de investigación en este 2021", denunció la organización MuMaLá Tucumán, tras conocerse el brutal ataque a la joven.

En un posteo en redes sociales, el colectivo también reclamó: "Es imprescindible que se sigan incorporando medidas desde el Estado provincial en el abordaje de la violencia machista, que sean de carácter urgente y a mediano y largo plazo".

El ataque se produjo en la noche del lunes en Atilio Santillán 48, en mencionada ciudad ubicada a unos 40 kilómetros al sur de la capital tucumana, cuando Quesada estaba atendiendo en su peluquería.

Fuentes judiciales indicaron que Rojas esperó en la puerta del negocio hasta que ingresó una clienta para acceder al lugar con una pistola en la mano y disparó el arma. 

Los proyectiles impactaron en la cabeza de la joven, que fue trasladada de urgencia al hospital de Bella Vista, donde ingresó sin vida, de acuerdo al parte médico. 

El femicida, en tanto, se suicidó en el mismo lugar del hecho, informó el Ministerio Público Fiscal (MPF).

Según los investigadores, el femicida, Roberto Rojas, responsabilizaba a Quesada por la muerte de su hijo, ocurrida hace tiempo atrás al chocar su moto contra un paredón cuando conducía en evidente estado de ebriedad.

La familia señaló que el joven no podía ver a su hija porque Quesada lo impedía, y con el paso del tiempo, cayó en depresión y por lo que nunca le perdonaron a la mujer la actitud que había asumido ya que, según Rojas, provocó la muerte de su hijo.

Sin embargo, la versión de la familia de la víctima es diferente: aseguraron que existía una orden de restricción contra el asesino para "preservar la salud física y mental" de la hija que tenía la víctima.