Fue Carolina Cárdenas, quien hoy tiene 25 años, encontró a su mamá con 12 puñaladas el 18 de agosto de 2018. María Esther Correa, de 45 años, había ido, mediante engaños, a la casa de su ex en Tortuguitas, partido de Malvinas Argentinas. Allí la atacó y  después intentó suicidarse. El 25 de abril comienza el juicio por jurados contra Carlos Ariel Acevedo. Se llevará adelante en el Tribunal Oral 6 de San Martín.

"Mi mamá estuvo dos años con él. Nunca nos llegó a decir nada de la violencia. Le  tenía miedo, que nos hiciera algo a nosotros. Si la perseguía, la controlaba todo el tiempo, eso era lo que veíamos. Después que la mató nos enteramos que la había amenzado con encerrarla y matarla", dice a Crónica.com.ar Carolina, una de los cuatro hijos de María Esther.

"Ella vivió un tiempo con él. Se separó y volvió a vivir con nosotros. Un día él la llamó que se sentía mal, que estaba enfermo. Ella llamó a la hermana de él y como se lo confirmó fue a verlo para ayudarlo. Pero él la estaba esperando para matarla. Empezó a puñalarla frente a dos de sus hijas, una tenía 11 años", recuerda Carolina que poco después recibió un llamado de la sobrina de Acevedo realizado desde el celular de su mamá.

"Me dice que vaya urgente, que había pasado algo. Salí corriendo, vivo a dos cuadras. Cuando llegué mi mamá estaba en el piso, él tirado en un charco de sangre con el cuello cortado. Se quiso suicidar después de matarla", sostine Carolina que nunca podrá olvidarse de esa imagen.

"La encontré yo. Después llegó mi hermano, como la ambulancia no venía la llevamos nosotros al hospital pero ya estaba muerta", afirma.

La víctima y el acusado de del femicidio.

Los hijos de la víctima no habían tenido mucha relación con  Acevedo. "No nos caía bien. Sabiamos que tenía denuncias por amenazas de otras mujeres. La mamá de las tres hijas se fue a vivir a  Estados Unidos porque él le había dicho que la iba a matar. Mi mamá se enamoró, no se cómo llamarlo, ella sabía esto pero creía que lo iba a cambiar, que a ella no le ibaa hacer nada. Sin saberlo salvó a otra mujer", dice la hija.

"Ella no nos contaba nada, quería que lo aceptemos. Cuando no la dejaba ir a los de amigas, ella lo justificaba. Una vez vino con un golpe y nos dijo que se había caído. Siempre nos ocultaba las cosas.Un día este hombre rayó el auto de mi papá", recuera Carolina. María Esther no había hecho ninguna denuncia, y tras el femicidio por sus amigas los hijos se enteraron los maltratos.

Define a su mamá: "Era una mujer super buena. Estaba segura que no le iba a hacer nada. Ella era ama de casa. Su sueño era trabajar, pero por todo esto no conseguía"

"Ese día  él lo trasladaron al hospital  y le salvaron la vida. Después lo llevaron al  penal. Lo vamos a volver a ver en el juicio. Se que voy a sentir bronca, dolor. Saber que él está ahí y mi mamá enterrada tres metros bajo tierra y que no la voy a volver a ver, da mucha impotencia. Verlo nos va a generar emociones encontradas.Queremos llegar a que le den perpetua y que mi mamá descanse en paz", espera Carolina y sus hermanos.

"Pondremos todas las fuerzas para verle la cara y que  le den la pena máxima. Confio en Dios. Confio en las personas, este es un juicio por jurados, confio en que empaticen. Le sacó la vida porque creía que era él", resalta.

Los cuatro hijos son testigos en el jucio de lo que vieron durante esos años.Carolina además deberá relatar el momento en que la encontró. "Espero que empaticen con nosostros. El le arrebató la vida, tiene que pagar. Mi mamá llegó a conocer a mis hijos, sus nietos varones con los que soñaba. A ella le sacó la vida, a mis hijos  y mis sobrinos a la abuela, a nuestra mamá. A mi me sacó todo, porque eso era mi mamá para mi. Le sacó momentos que le quedaron por vivir, proyectos, sueños y a nosotros nos dejó el corazó roto, era la luz nuestras vidas"

"Extraño su risa, sus charlas, sus abrazos. Era mi mamá, mi amiga, era todo. Era un mujer comprensiva, compañera con todo el mundo. Nos sacaron todo", se le quiebra la voz.

"Queremos que sepan lo que nos pasó, lo que nos hizo, lo que duele. Que cuando vean que una mujer es maltratadala ayuden, no miren  para un costado porque terminamos así sin  una mamá, sin una tía, sin una hermana, sin una abuela, sin una amiga. Y se puede evitar. Si la Justicia hubiese actuado antes con las denuncias de las otras mujeres mi  mamá estaría viva. Por ir a ayudarlo, él le terminó sacando la vida", afirma.

"Mi mamá a la nena la cuidaba como si fuera su hija, esa nena debe tener un gran trauma. No la vimos más. La llevaron  Estados Unidos con su mamá", dice. A la nena no se le tomó testimonio en Camara Gesell, lo que hubiese sido importante para el juicio.

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