Dudas y misterio rodean la confesión de una asesina. Gilda Rosalia Acosta Duarte, de 47 años, no aguantó más el pesado secreto que llevaba consigo, y por eso le confesó a la policía lo que había hecho con su pareja, Richard Alejandro Sánchez Escobar (28) tras enterarse que había violado a su hijo de 13 años. Lo mató, encerró el cuerpo en un placard y lo cubrió con cemento.

Esos fueron los principales detalles que se conocieron del macabro homicidio ocurrido en Villa Santa Rita, en Lomas de Zamora, en teoría, en diciembre último. Sin embargo, con el correr de las horas se desprendieron detalles del modus operandi que llevó a cabo la mujer.

Ante la fiscal Marcela Juan, Gilda admitió haber atacado a su pareja, 20 años menor que ella, mientras éste dormía. Le pegó en la cabeza con uns pesa de diez kilos, de esas que se utilizan para hacer ejercicio. Pero el golpe no lo mató y el hombre despertó: malherido, fue ahorcado con un lazo.

En este mueble fue encontrado el cuerpo.

Lo que también develó la asesina, fue la data de muerte. Inicialmente, se habló que el crimen había sido perpetrado en diciembre último, pero los vecinos aseguraban haber visto a la víctima el pasado domingo.

Ella, finalmente, contó que lo mató el lunes, mismo día en que los vecinos aseguran haber visto "a dos muchachos que no son del barrio, bajando materiales (de construcción) de un coche" en la vivienda del crimen.

Los investigadores, ahora, buscan elementos para sustanciar la confesión que quedó caratulada como "homicidio agravado", al tiempo que evaluarán en Cámara Gesell si el menor fue realmente abusado por el muerto, si la mujer premeditó el hecho o si actuó bajo emoción violenta.