La Plata: el desgarrador testimonio de una mujer que fue víctima de un brutal asalto
Sandra, la dueña de una pinturería ubicada en Barrio Jardín, La Plata, le contó a Crónica HD la experiencia que le tocó vivir el último viernes al mediodía en su local. La ataron y le sacaron $150 mil y otros elementos de valor.
La dueña de una pinturería ubicada en Barrio Jardín, partido de La Plata, fue víctima en las últimas horas de un violento robo en su local ubicado en Boulevard 84, entre 117 y 118, en el que la mantuvieron atada y amenazada con un arma de fuego por casi una hora y le sacaron $150 mil y otros elementos de valor.
"Estaba acá a la mañana, era un día normal. Justo mi marido había salido a hacer unos mandados cuando ingresó un muchacho y me pidió un presupuesto. Se lo pasé, le anoté todo y me dijo que tenía que consultarlo con su cliente y que cualquier cosa volvía. Eso fue alrededor de las 12 del mediodía", contó Sandra, la mujer en cuestión, a Crónica HD sobre lo que fue el inicio del brutal hecho de inseguridad ocurrido este viernes.
Luego, la comerciante platense continuó: "Tipo 13.50, aproximadamente, volvió con un acompañante, me contó que el presupuesto había sido aceptado y entraron. En ese momento, el otro se puso al lado mío, me mostró un arma y me dijo que me quedara quieta porque era un robo".
La pesadilla para Sandra no sólo tuvo lugar en su negocio, sino que se trasladó a su casa, ubicada en la parte trasera del comercio. "Me ataron con una cinta y me llevaron a la parte de atrás. Me robaron el celular, plata, me pedían oro, que no tengo, y también se llevaron una campera. Me sentaron en la cama, empezaron revolver todo y me daban golpes tipo coscorrones en la cabeza si los miraba".
Según relató la mujer a Crónica HD, todavía no hay detenidos por el robo. "No creo que sean del barrio porque nunca los había visto antes. Posiblemente hayan pasado antes y mirado, pero no los había visto nunca. Eso sí, sabían el nombre de mi marido y que estaba sola".
"Esta es nuestra fuente de ingreso. Estamos mi marido y yo y vivimos de esto. Lo que voy a tener que hacer a partir de ahora es poner rejas y alarmas y que el cliente quede afuera. Acá entrás y mostrás una carta de colores. Es otra atención. No me agrada que el cliente quede afuera, pero no queda otra", cerró Sandra.
