Incautaron los celulares de Enzo Comelli y Blas Cinalli, dos de los rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa
La medida fue llevada adelante por el Servicio Penitenciario Bonaerense en las últimas horas. Se dio luego de que se hiciera público una presunta interacción de los imputados con cuentas que los defendían en Instagram.
Los celulares de Enzo Comelli y Blas Cinalli, dos de los rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, fueron incautados por el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) para investigar si realizaron durante el fin de semana publicaciones en redes sociales.
El secuestro de los aparatos móviles se efectivizó luego de que se hiciera público una presunta interacción de los imputados con cuentas en Instagram. Fuentes penitenciarias indicaron que si bien son muchas las cuentas en redes sociales que apoyan a los rugbiers, "hasta ahora no se pudo comprobar que los posteos hayan salido de esos celulares".
En uno de los perfiles mencionados se llamaba "rugbiers.zarate" y ya no está disponible. Allí se publicaron mensajes como "basta de violencia"o "basta de odio", entre otros. "El secuestro fue por el uso indebido. Si bien los detenidos están autorizados a utilizar celulares, no así para usarlos en redes sociales", concluyeron las fuentes citadas por la agencia Télam.
Debido a la pandemia del Covid-19, en 2020 el Ministerio de Justicia bonaerense permitió por protocolo que los presos tuvieran un celular para mantener el contacto con sus familiares durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, con la restricción del uso de redes sociales.
La dura acusación de la fiscalía al inicio de los alegatos
El fiscal Gustavo García, uno de los que interviene en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, declaró este miércoles al iniciar su alegato que los ocho acusados atacaron "por sorpresa, a traición, sin que tuviera ninguna posibilidad de defenderse" a la víctima y encuadró el delito en la figura de "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones".
El representante del Ministerio Público Fiscal inició su presentación con la exposición de unas filminas con las que repasó la prueba presentada a partir de los testimonios de cuatro amigos de Fernando y tres empleados del boliche de Villa Gesell, para referirse al incidente en el interior del lugar que consideró "el móvil" que generó que lo mataran afuera.
La fiscalía exhibió las imágenes captadas adentro del boliche y analizadas por la Policía Federal Argentina, donde, según dijo García, "se observa a Máximo Thomsen señalando a alguien". "Estamos convencidos de que era a Fernando y luego hace un gesto amenazante", expuso el fiscal.
Luego se reprodujeron en la sala de audiencias los videos sincronizados del momento en que son sacados del local bailable tanto el grupo de acusados como Fernando. García dijo que tras la expulsión de Le Brique, los acusados permanecieron "alrededor de siete minutos cerca de Fernando y sus amigos, acordando durante ese período de tiempo matar a Fernando Báez Sosa, esperando el momento adecuado para hacerlo".
El abogado defensor, Hugo Tomei, cuestionó técnicamente la reproducción del video analizado por García porque entendió que "se asemeja más a una prueba que a un alegato" y consideró que es "un montaje" y "una prueba nueva" no adecuada para esta instancia.
La presidenta del Tribunal, María Claudia Castro, respondió que el apoyo fílmico del alegato "es una metodología aprobada" y permitió que el Ministerio Público siguiera adelante. García continuó con su presentación e hizo referencia a que "la alevosía agrava la menor posibilidad de defensa de la víctima" por una "situación de indefensión" y que "esta indefensión puede provenir por la inadvertencia de la víctima y también ser provocada por el agente".
"Consideramos de acuerdo a la prueba que se dieron las dos situaciones", sostuvo. En cuanto al concurso premeditado de dos o más personas, señaló que puede "ser instantáneo", "no requiere mucha deliberación" y que en este caso los imputados "siete minutos antes de iniciar el ataque se encontraron en la misma vereda a pocos metros de Fernando".