El femicidio de Rocío Macarena Quesada, de 28 años, conmociona a la comunidad de Bella Vista, ubicada a unos 40 kilómetros al sur de la capital tucumana. La joven estaba con su hija y una clienta en su peluquería cuando su ex suegro Roberto Rojas abrió fuego contra ella por considerarla responsable de la muerte de su hijo en un accidente. Tras perpetrar el horrendo crimen, el hombre se suicidó de un balazo en la cabeza.

Los escabrosos detalles del asesinato, ocurrido cerca de las 20 de este sábado en Atilio Santillán 48, donde la víctima tenía el local, fueron dados a conocer este martes por una vecina que estaba sentada en la vereda cuando ocurrió todo.

"Lo vi al señor que estaba detrás de ese árbol. Cuando Macarena le abre a una clienta para hacerla pasar, el tipo sale corriendo con una pistola negra en la mano. Salgo de mi casa, grité a los vecinos que llamen a la policía. Cuando entro (a la peluquería), ella estaba ya tirada en el suelo, tenía dos tiros en la espalda y ahí estaba él... tirado también... ya se había pegado un tiro", contó la mujer, que declaró como testigo en la Comisaría.

Según su relato, ella entró a la peluquería a ayudar a la victima pero, al ver la sangrienta escena, levantó y auxilió a la hijita de Quesada, que "vio todo". "Cuando el tipo entró corriendo, como él era el abuelo, la nenita venía corriendo para abrazarlo, pero él estaba enceguecido. (Quesada) entró corriendo y le gritaba a la clienta que corra. 'Que llamen a la policía porque la va a matar', decía yo", detalló al Canal 10 de Tucumán.

La clienta que ingresaba al local al momento del crimen también brindó su testimonio. "Él sacó el arma y empezó a pegar tiros. Entonces, ella corre para la peluquería y yo corro por el pasillo de su casa. Y él la empezó a seguir a ella, creo que le pegó dos tiros, yo sólo lo que hacía era correr", señaló entre lágrimas.

Y continuó: "Yo pensaba que entraba a robar, nunca imaginé que era el ex suegro, tampoco imaginaba que tenía un arma. Él empezó a hacer tiros desde la vereda y ella no alcanzó a cerrar el portón, entró en estado de shock y salió corriendo. Él entró y siguió haciendo tiros en la galería, y ahí la empezó a seguir a ella".

De acuerdo a la joven, la intención de Quesada era escapar por una puerta que tenía al fondo de la peluquería: "Detrás de la casa había varios hombres, entre los que estaba el tío de ella, yo le grité que la habían matado a ella y a la hija".

Quesada murió mientras era trasladada de urgencia al hospital de Bella Vista, mientras que Rojas se suicidó en el mismo lugar del hecho, informó el Ministerio Público Fiscal (MPF).

Según las primeras investigaciones, el femicida responsabilizaba a la peluquera por la muerte de su hijo, ocurrida hace tiempo atrás al chocar su moto contra un paredón cuando conducía en evidente estado de ebriedad.

La víctima, Rocío Macarena Quesada, junto a su hija (Facebook).

La familia señaló que el joven no podía ver a su hija porque Quesada lo impedía, y con el paso del tiempo cayó en depresión y por lo que nunca le perdonaron a la mujer la actitud que había asumido ya que, según Rojas, provocó la muerte de su hijo.

Los allegados y familiares de Quesada aseguraron que existía una orden de restricción contra el asesino para "preservar la salud física y mental" de la hija que tenía la víctima.

Para la Justicia, "es un hecho aberrante que judicialmente está resuelto, en razón de que se extingue la acción penal por la muerte del autor del mismo”, según indicó Carlos Berarducci, de la Unidad Fiscal de Homicidios I, que interviene en la ocasión, a cargo, en feria, del fiscal Pedro Gallo.