Esta semana, una psicóloga vivió lo que seguramente se sintió como una escena de "Relatos Salvajes" cuando un grupo de ladrones entraron a robar a su casa. El atraco podría haber sido como cualquier otro, si no fuera por el momento de sinceridad que la víctima compartió con los asaltantes.

Según relató Adriana Etchegoin (60) a El Día, ella estaba disfrutando de una tranquila cena la noche del jueves cuando comenzó el atraco. La víctima relató que "entraron a la casa de manera violenta, porque destrozaron el ventanal de vidrio que comunica al living con el fondo de la propiedad". Los cuatro jóvenes, cuyas caras estaban cubiertas por pasamontañas, la aturdieron con amenazas y comenzaron a robar el hogar.

El robo procedió, tal como la psicóloga podría esperar, con los atracadores (que ella estimó tendrían entre 19 y 20 años) sustrayendo bienes de valor de toda la casa. Sin embargo, en medio del asalto sucedió algo inaudito: los ladrones comenzaron a compartir con ella aspectos de su vida. Según la psicóloga, hasta le consultaron "cuánto cobro las consultas". "Uno de ellos, inclusive, me dijo que entonces estaba a su alcance poder pagar por las sesiones en mi consultorio", agregó Etchegoin. 

Esta no fue la única situación poco convencional que se dio en este asalto. La mujer reveló también que, cuando la banda se disponía a escapar, "me preguntaron cómo tenían que hacer para tomar la Autopista La Plata-Buenos Aires", como si hubiesen llegado desde el Conurbano o algún otro lugar. "La Policía me dijo que quizá realizaron esa consulta para despistar, porque capaz que vive en nuestra región y usaron esa estrategia para no ser buscados por acá", consignó.

Un golpe estudiado

Los atracadores habrían estudiado la casa de la psicóloga antes de dar su golpe.

Más allá de los dos llamativos incidentes, la víctima indicó que el golpe se llevó a cabo con sorprendente calma por parte de los ladrones, sobre quienes la mujer puntualizó "en ningún momento me mostraron algún arma". "Se manejaron organizadamente estos pibes, porque tanto en la planta alta como en el piso inferior, mientras uno me custodiaba, los otros se dedicaron a robar lo que les interesaba", recordó de la banda, agregando que "solo uno de ellos se mostraba nervioso y sin contemplaciones, porque los tres restantes hablaban bien y no eran violentos". 

Durante su prolongada "visita" en la vivienda de la psicóloga, se hicieron con "entre 200.000 y 300.000 pesos, parte de cuyo dinero lo tenía para pagarle a unos albañiles. También algunos dólares". Pero el listado de pertenencias sustraídas es mucho más amplio e incluyó "joyas y otros elementos de oro, un grupo electrógeno que pesa 50 kilos, una Play Station, una pistola y rifle de aire comprimido".

Además, Etchegoin resaltó que intentaron llevarse una bolsa repleta de ropa de su hijo, de 27 años, entre las cuales se encontraban prendas deportivas del club de rugby platense Los Tilos, al igual que botines. Particularmente afectada por la sustracción de esa indumentaria, le suplicó a los delincuentes que "al menos me dejaran una de sus remeras". Tras meditarlo unos segundos, un integrante de esa banda se compadeció de ella y accedió a ese pedido puntual.