Tres delincuentes irrumpieron en un de City Bell mientras el dueño de casa le abría la puerta a los albañiles que estaban haciendo unas reparaciones. Lograron reducirlos a todos a golpes y los ruidos llamaron la atención del hijo de la víctima, que estaba en el primer piso en una clase virtual y avisó a la docente y a sus compañeros. La policía llegó a los pocos minutos pero los delicuentes ya habían huido con dinero, una notebook, celulares y relojes, entre otros objetos.

El hecho ocurrió el pasado miércoles, alrededor de las 10, en la propiedad ubicada en la calle 20, entre 479 y 480. Eduardo, el dueño de la casa ,esperaba en el garaje a que dos operarios bajaran sus herramientas del vehículo, cuando tres jóvenes, de entre 20 y 25 años, con barbijos que pasaban por la calle los abordaron a punta de pistola.

"Uno de los dos hombres que vinieron de la zinguería se dio cuenta de lo que ocurría, golpeó con su maletín de herramientas a uno de los delincuentes”, contó Eduardo a El Día, pero la reacción enfureció sus complices: lo tiraron al piso y le patearon la cabeza.

Una vez que la banda consideró que tenía la situación controlada, se enfocaron en exigirle al dueño de la casa que les entregara “dinero, joyas y hasta ‘el fierro’”. Inmediatamente les entregó "entre entre 15.000 y 20.000 pesos que tenía reservados para ir pagando los arreglos en casa” una notebook, un celular, relojes y pulseras. No conformes con el botín también le robaron a los empleados de sus celulares y otras pertenencias. 

Según el testimonio de la víctima, todo "duró 10 minutos" y antes de escapar lo ataron en un dormitorio y a los empleados en un comedor.

Mientras todo esto pasaba en la planta baja, en el primer piso de la casa estaban los hijos del hombre: un adolescente de 16 años, en clase de Zoom con sus compañeros de quinto año y una menor de 12 años, que dormía en otra habitación. Los ruidos y gritos la despertaron y corrió a advertirle a su hermano que algo estaba pasando.

Mi hijo se dio cuenta de que nos estaban asaltando” y lo contó en la clase virtual, contó Eduardo, por lo que la profesora y sus compañeros llamaron al 911.

Minutos después tenían seis patrulleros en la casa,"incluyendo a los jefes de la comisaría Décima”, aseguró el hombre, pero los asaltantes ya habían escapado. Los investigadores creen que lo hicieron como llegaron: caminando.

Esta  jueves, desde las 18 los vecinos de la zona pedirán seguridad en una caravana de autos por la calle Cantilo.