El papá de Pablo Ventura, el joven al que habían acusado falsamente los imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, conversó con la prensa tras la declaración de su hijo en el marco del juicio en el que son juzgados los ocho detenidos por el asesinato del joven ultimado a golpes el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.

"Para mí, son ocho los los asesinos, y dos sobreseídos, pero los cobardes son 10, porque cuando los allanan, estaban los 10 personajes estos, nombraron a mi hijo en ese momento y ninguno fue capaz de decir que Pablo Ventura acá no estuvo", expresó José Ventura ante las cámaras de televisión apostadas frente a los Tribunales de Dolores.

Minutos antes, había protagonizado una situación tensa con el padre de uno de los rugbiers sobreseídos. “Me vino a hablar el papá de (Juan Pedro) Guarino, hizo un monólogo y lo mandé sabés a dónde”, señaló.

"Me pidió ser el nexo entre él y el papá de Fernando, lo que yo le contesté es irreproducible", indicó sobre lo que habría indignado más de la charla.

Ventura sostuvo que "no los conocía" a los padres de los rugbiers y que todavía se pregunta por qué lo quisieron involucrar a Pablo por el crimen de Fernando.

Los testigos de la tercera jornada

Luego de la declaración de Ventura, tanto padre como hijo, declaró Franco Cervera, amigo de Báez Sosa. En su relato, acusó a Ayrton Viollaz de ser la persona que no dejaba pasar "a ese lado", en alusión a donde golpeaban a la víctima. 

Tras un breve cuarto intermedio, habló Luciano Bonamaison, amigo de la víctima presente la noche día del crimen. El testigo dijo que estaba en el boliche cuando sus amigos le cuentan que habían tenido una pelea con quien luego fue reconocido como Luciano Pertossi y que por eso lo habían retirado a Fernando Báez Sosa del boliche.

“Salimos y cuando Fernando nos estaba contando lo que había pasado en Le Brique, nos arman una especie de ‘emboscada’, nos rodean, era como 8, según calculé en ese momento. Vivieron de la derecha y de la izquierda”, contó, para después apuntar directamente contra Máximo Thomsen“Yo vi cómo Máximo Thomsen, a quien reconocí en la rueda, le pegaba un patada a Fernando con odio, con brutalidad, con intención de matarlo”, expresó.

El quinto testigo de la jornada, Juan Manuel Pereyra Rozas, amigo de Báez Sosa, quien afirmó que lo golpearon adentro del boliche e identificó a Luciano Pertossi como quien le propió el golpe.

Cuando sale, asegura que lo vuelven a golpear, que el golpe vino de atrás, que “lo deja aturdido” y entonces corre. Luego, vuelve al lugar. Aseguró que otro de sus amigos envió un mensaje al grupo de WhatsApp que compartían, en el que les contó que Fernando “estaba inconsciente”.

El siguiente testigo fue Fabián Maximiliano Ávila, empleado de seguridad de Le Brique. Al momento del crimen, trabajaba en local bailable desde hacía cuatro años.

“Cuando vi que se empezaron a pelear en el medio de la pista, yo bajé, pasé entre medio de la gente y justo vi a Fernando y a uno de los chicos. Yo agarré a uno de los ‘rugby’, no sé quién era, uno de pantalón corto. En ese momento, Fernando, que tenía la camisa rota, le pegó una piña en el estómago al que yo sostenía. Nos caemos los dos para atrás, y ahí me levanto y lo agarro a Fernando y le digo que me acompañe afuera”, relató el testigo.

El siguiente testigo declaró vía telemática desde la provincia de Neuquén. Se trata de Cristian Ignacio Gómez, compañero de Ávila en Le Brique ese 18 de enero de 2020.

En su testimonio, Gómez complicó a Matías Benicelli y a Máximo Thomsen. Explicó que el momento del incidente fue cuando “se armó un pogo”, mientras en Le Brique estaba tocando un artista.

Y recordó: “Cuando llego, la pelea estaba iniciada. Termino calmando y reduciendo a Matías Benicelli, que agredía a todo aquel que identificara como rival o de otro grupo. Yo lo saqué de Le Brique. Reduciéndolo con los brazos en la espalda”.

Luego, continuó: “En ese momento, escuché que alguien me dice: ‘A él no lo sacás’. Me miraba con cara de loco, sacado, agresivo. Resultó ser Thomsen”.

Luego, prestaron declaración Edgardo Lawrenczuk, el oficial de la SubDirección Departamental de Investigaciones de Villa Gesell y que hizo un relevamiento de cámaras Le Brique, y Maximiliano Rosso Suárez, el policía que le practicó RCP a Fernando Báez Sosa la noche del ataque. Ambos fueron los últimos en hablar frente a los jueces.