La madre de una de las dos jóvenes detenidas con prisión preventiva por el crimen de Lucio Dupuy, el niño de cinco años asesinado el viernes pasado en la ciudad pampeana de Santa Rosa, dijo que su hija “no existe más” para su familia, que se “cavó su propia tumba” al no haberles hecho “caso” y pidió “justicia” por el nene.

Érica Frydlender, madre de Abigail Páez (27), detenida junto a su pareja Magdalena Espósito Valenti (24) por el homicidio de Lucio, dialogó con radio LU100 de La Pampa, y dijo que la vida junto a sus otros tres hijos se les “convirtió en una pesadilla”.

Abigail no existe más para nosotros, justicia por Lucio”, aseveró entre lágrimas la mujer, quien señaló que su hija “era buena, pero se transformó en otra cosa”.

Abigail Páez (27) y Magdalena Espósito Valenti (24).

La mujer explicó que “Magdalena hizo un trabajo fino con la cabeza de Aby, que ella no mataba ni una mosca. Aby siempre fue dócil, rebuena”, y que tenían una “relación tóxica”.

“Nosotros no íbamos a la casa de Abigail hacia casi un año, desde el verano que no íbamos porque nosotros de acá con Magdalena hace mucho que no queríamos tener trato con ella, porque veíamos que a Abigail la manejaba como un títere”, explicó la madre de la joven.

En otro pasaje de le extensa entrevista, la mujer aseguró que Abigail "se cavó su propia tumba, no nos hizo caso, no nos escuchó”.

“Hace un mes quise que Lucio se quede conmigo. Yo discutí con mi hija, ella me planteó que Magdalena quería volverlo a dar (al padre) y yo se lo pedí. Me dijo que Magdalena no lo quería al nene. Nosotros lo amábamos. Él amaba estar acá, en mi casa”, contó Érica.

En ese sentido, señaló: “La mamá de Magdalena me dijo a mí el viernes cuando nos cruzamos en la comisaría que ella estaba tranquila porque Abigail cuidaba de Lucio y se querían, sabía que Magdalena no lo sabía cuidar a Lucio.

“Todo el mundo ha hecho locuras por amor, pero esto no, esto es una aberración”, expresó la mujer, y agregó: “Queremos justicia por Lucio, si tienen que pagar, que paguen las dos ahí (en la cárcel), que se pudran las dos”.

En un tramo del reportaje, Érica debió interrumpirlo porque manifestantes comenzaron arrojarles “cosas por la ventana” de su casa, por lo que le pidió a un familiar que llamara a la Policía.

“La gente que vino a mi casa nos destrozó la casa, mis tres hijos, yo, mi mamá, mi hermana con sus hijas estuvimos encerradas acá como si fuéramos nosotras las que le hicimos algo a Lucio, nosotros siempre lo cuidamos, el venía a dormir todos los fines de semana a mi casa”, relató la mujer sobre los ataques que está sufriendo en su vivienda por parte de “vándalos”.

A raíz de ello, hizo un pedido para que los “dejen volver a trabajar en unos días”, cuando se recuperen, y que su hija “de 14 años pueda volver a la escuela”, porque ellos no hicieron “nada”.