Marcelo Muñoz, de 36, y su sobrino, Rodrigo Velardis, de 21, quienes ayer habían sido baleados en un tiroteo registrado dentro de una vivienda, finalmente murieron en un centro asistencial. El suceso, que fue primicia de cronica.com.ar, ocurrió en el norte de la Provincia de Buenos Aires y ya suman tres los fallecidos debido al enfrentamiento.

Los voceros judiciales revelaron a cronica.com.ar que ambos individuos perdieron la vida mientras se hallaban internados en el Hospital San José. De acuerdo a lo manifestado por los informantes, Muñoz presentaba ocho certeros impactos de arma de fuego (en uno de los hombros, en los glúteos y en el estómago), mientras que el joven había sido alcanzado por un proyectil en el lateral derecho de la región lumbar.

Se comprobó a su vez que Muñoz contaba con antecedentes delictivos por “Robo y amenazas agravadas”, y se afirma que, el 22 de septiembre pasado, los investigadores habían solicitado una orden de allanamiento para la vivienda en la que aconteció el episodio.

Tal lo publicado de manera exclusiva por cronica.com.ar, el hecho se produjo en horas del mediodía de la víspera, cuando Pablo Daniel Pinea, de 43 años, y otro individuo, arribaron armados en una camioneta VW Suran gris a una finca, situada en la calle Pueyrredón al 1500, en las inmediaciones del cruce de la Ruta Nacional 9 y la ruta provincial 6, en el denominado barrio Villanueva.

En base a varios testimonios, los servidores públicos, destinados en la comisaría y en la Dirección Departamental de Investigaciones (D.D.I.) de la jurisdicción, establecieron que Pinea y el otro malviviente pretendieron ingresar por la fuerza en la casa, generándose un forcejeo con los moradores. Aparentemente los habitantes del inmueble le habrían arrebatado el arma a uno de estos intrusos, la cual habrían utilizado para dar muerte a disparos Pinea, quien cayó fallecido en el mencionado lugar. Este momento de confusión fue aprovechado por el otro marginal para huir rápidamente a la carrera y esconderse en las calles del vecindario.

Peritos de la delegación local de la Policía Científica realizaron diversas diligencias en el escenario del enfrentamiento, oportunidad en la que lograron incautar, en la camioneta que quedó abandonada, el cargador de una pistola nueve milímetros y varias municiones de dicho calibre y de 3.80, aunque no se secuestraron armas de fuego.

En tanto, el cadáver de Pinea fue reconocido por sus familiares, quienes dijeron que este hombre era un ex recluso que había purgado ocho años en un establecimiento carcelario por el delito de robo.

Intervino en la causa, que ahora fue recaratulada “Triple homicidio”, la doctora Ana Laura Brizuela, fiscal en turno de la Unidad Funcional N° 2 de los tribunales de esa jurisdicción.

Por F.V.

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