Los investigadores policiales lograron establecer que Jorge Cano, el capo narco paraguayo que fue detenido días pasados por encontrarse sindicado de haber ordenado el doble asesinato de un hombre y de su esposa, tendría un pedido de captura internacional por dos homicidios consumados en su país, donde además se sospecha que habría sido integrante de un peligroso grupo terrorista.

Voceros judiciales revelaron a cronica.com.ar que la verdadera identidad del individuo sería Osvaldo Agüero Núñez, de 43 años, y que aparentemente habría formado parte del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), considerado como una organización guerrillera de izquierda existente en Paraguay desde 1994, cuando actuaba como el brazo armado ilegal del Partido Patria Libre (P.P.L.), una agrupación política de tendencia guevarista fundada en 1990.

Consta que la mencionada banda terrorista contaba como principal fuente de financiamiento la realización de secuestros extorsivos en perjuicio de empresarios, dueños de entidades bancarias y propietarios de estancias.

De acuerdo a lo señalado por los informantes, los funcionarios del Departamento de Homicidios de la Policía de la Provincia de Buenos Aires determinaron que Cano (que, a su vez, se hacía llamar Víctor Manuel Benítez) era requerido por dos asesinatos, ocurridos en el vecino país, en 2006 y en 2007.

 El prontuario del sospechoso en territorio paraguayo
El prontuario del sospechoso en territorio paraguayo

Tal lo publicado por cronica.com.ar, el sujeto fue apresado días pasados debido a un expediente por “Homicidio agravado” a raíz de las muertes de Juan Peralta, de 41 años y de nacionalidad paraguaya, y de su pareja, Esthefany Milagros Ventocilla Casimiro, de 24 y nacida en Perú.

Según los trascendidos, los efectivos policiales además aprehendieron a dos mujeres (una de ellas habría participado en el doble crimen) y a un hombre, quienes se encuentran sospechados de ser parte de la organización. Cano, que afirmaba encontrarse vinculado al rubro de las construcciones, fue reducido en el Camino de la Ribera, entre José María Freire y Carlos Fiorito, en el sur del conurbano y mientras se desplazaba a bordo de una camioneta Toyota Allion, con el dominio paraguayo finalizado en 410, en un operativo ordenado por la doctora Vanesa González, fiscal de la Unidad Funcional Descentralizada N° 3.

Gracias a la concreción de nueve allanamientos, los investigadores consiguieron incautar una pistola Bersa 22 largo provista de un silenciador (habitualmente utilizada por los sicarios), una escopeta, una carabina Mauser, pasta base, la suma de 2.032.700 pesos, una campera y un chaleco del uniforme de la Policía de la Ciudad, y además varios aparatos de telefonía celular.

Hasta el momento se asegura que Peralta se desempeñaba como dealer de Cano (ambos eran vecinos), pero este último resolvió asesinarlo, debido a que aparentemente se quedaba con parte de las sustancias que tenía que distribuir y porque, además, se consideraba que colocaba en peligro a la banda de narcotraficantes, ya que según algunas versiones se desplazaba en una camioneta VW Suran blanca, con patente AC571SM, por diversos lugares de la Ciudad de Buenos Aires que siempre eran monitoreados por cámaras de vigilancia.

Autoridades de la Superintendencia de Investigaciones en Función Judicial se encargaron de supervisar los diferentes procedimientos.

Los cadáveres fueron hallados el dos de mayo pasado en un terreno, situado en el cruce de General Lavalle y Lobería.

Heridas mortales

Peritos de la Policía Científica, al ser convocados por autoridades de la Justicia, revisaron a las víctimas, lográndose determinar que Peralta había recibido un balazo en la región torácica y que la muchacha presentaba un golpe aplicado en la cabeza. Se cree que el grupo de hampones decidió matar a la joven debido a que habría presenciado el homicidio de su marido.

Ambas víctimas residían en una finca ubicada en la esquina de Angel Vila y Olavarría, donde los funcionarios secuestraron marihuana, elementos para fraccionar estupefacientes, documentación, una suma de dinero, una serie de anotaciones, dos balanzas de precisión y distintos teléfonos celulares.

Intervino en la causa penal el Juzgado de Garantías N° 7 de la jurisdicción.

Por F.V. 

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