Con profundo dolor, familiares y amigos de Lucas Iván Cancino (17) despidieron sus restos esta mañana en una sala velatoria en la localidad bonaerense de Ezpeleta, en el partido de Quilmes; mientras que los dos detenidos acusados del asesinato eran indagados por la fiscal, que liberó a un tercer sospechoso tras constatarse que no estuvo vinculado al crimen.

La ceremonia íntima comenzó a media mañana con unas 20 personas, entre familiares, amigos y compañeras de trabajo de la madre del chico, quien es docente de la Escuela Media 13 de  Quilmes. También estaba presente la abuela de Lucas, de 85 años, con quien convivía en la casa de Combate Naval de Quilmes, entre Lugones y Ascasubi, en esa ciudad al sur del conurbano, donde el chico llegó herido después del robo, cayó desvanecido y murió.

Horas antes del velorio, en la noche del miércoles, un grupo de vecinos concentró en el cruce de las calles Mitre y Juan Varela, en proximidades del colegio al que asistía la víctima, para reclamar justicia y el rápido esclarecimiento del crimen.

En medio de la conmoción, la investigación avanza. La fiscal Karina Gallo, de la Unidad Funcional de Instrucción 4 de Quilmes, indagaba a los dos detenidos por el asesinato de Cancino, Rodrigo Rivas (19) y Juan Cruz Nazareno Mejías (20), en la sede del Departamento Judicial de Quilmes, ubicada en la avenida Hipólito Yrigoyen 475, de ese distrito.

Si bien la fiscal Gallo aún no recibió las actuaciones finales del caso, todo indica que Rivas sería el autor material del asesinado y Mejías, su cómplice. El tercer apresado, por su parte, fue atrapado cuando estaba junto a uno de los otros dos sospechosos, aunque quedó desvinculado del asesinato y fue liberado.

Cancino fue asesinado este miércoles cerca de las 7.50 cuando salía de su casa y se dirigía rumbo a la escuela. El adolescente fue abordado por dos delincuentes que, en un intento de robo, lo apuñalaron con una cuchilla en el tórax.

El joven alcanzó a llegar con la bicicleta -que no le robaron- hasta la puerta de la casa en la que vivía con su madre y su abuela, donde se desplomó.

Según el resultado preliminar de la autopsia realizada en la morgue judicial de Ezpeleta, la herida que sufrió Cancino fue a la altura del corazón y le causó la muerte casi al instante.

El cuchillo utilizado para el ataque, manchado con sangre, fue hallado entre pastizales ubicados en la calle Lugones y Mozart.