Silvia y Natalia Rojas eran hermanas, pero también "muy buenas compañeras". Además, se habían casado con una pareja de hermanos, Rino y Nicolás Garnica.

Vivían en un buen clima familiar y en casas cercanas de la localidad santiagueña de Lote 40, a 30 kilómetros de la ciudad rural de Los Juríes.

Hace pocos meses Silvia decidió separarse de Rino. Se lo comunicó con un mensaje en el que le dijo que se iba a vivir con Natalia.

El martes, Rino asesinó a puñaladas a Silvia, de 31 años, y Natalia, de 35, frente a los hijos de ambas. Después, se entregó a la Policía, que lo detuvo por el doble femicidio, la acusación que sostuvieron las fiscales María Emilia Ganem y Andrea Darwich.

Los asesinatos conmovieron a todo Lote 40, donde los Rojas y Garnica son muy conocidos.

“No esperaba encontrar a mi mujer así. Ella era muy buena, no tenía problemas con nadie, le daba todo a los demás”, dijo al Noticiero 7, de Santiago del Estero, Nicolás Garnica, quien quedó viudo por el crimen que cometió su hermano.

Silvia y Natalia “eran muy buenas compañeras, Natalia ha criado varios chicos y a los hermanos les ha servido de madre”, comentó Armando González, tío de las hermanas.

“El padre de las niñas está desgarrándose de dolor, los niños contando lo que pasó mientras yo le daba de comer. Queremos justicia, que se los atienda a los niños. Realmente es una tragedia para Lote 40, donde todos nos conocemos y nos ayudamos cuando sucede algo”, contó Mónica Garnica, madrina de uno de los niños de las hermanas.

La familia Rojas sufrió varias tragedias familiares en los últimos años. Noemí Figueroa, la madrastra de las mujeres asesinadas, relató que hace poco tiempo murió su pareja y padre de las víctimas, y después el hermano de éste.