En una audiencia de máxima tensión, tres padres de los cuatro programados para la jornada de este martes, declararon como testigos en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, por el que están imputados sus hijos. En ninguno de los testimonios hubo un pedido de disculpas dirigido a Graciela y Silvina, los padres de la víctima, sino más bien, sus declaraciones giraron en torno al "mal momento" que pasan sus familias por lo sucedido. "Desgracia", "no puedo creer lo que estamos viviendo", "estamos acosados", "devastados", "una agonía constante", son algunas de las frases que utilizaron los padres de los acusados para describir en sus declaraciones el duro momento que atraviesan. Además, declararon dos peritos de parte.

El primer testimonio de los padres, llegó de la mano de Marcos Pertossi, el papá de Ciro y Luciano, y tío de Lucas y padrino de Blas Cinalli. Al comenzar su declaración, contó su angustiante situación laboral al quedarse sin empleo a partir de lo sucedido, lo cual adjudicó a "lo tremendo que se volvió por lo mediático".

“Después de 25 años de trabajo, me han pedido que me desligara. Había empezado de chico en una automotriz internacional, Toyota Argentina, ahí crecí, me han capacitado, uno lo que hace es trabajar, trabajar, trabajar, para un mejor pasar. Ahora no consigo trabajo, el sosten de la familia es mi esposa. Tengo un emprendimiento", contó el hombre, que además puntualizó que sufrió amenazas.

“Todo esto es una desgracia. Uno cree que las cosas están encaminadas en la vida, llega esto y no sé qué pensar. No puedo creer que estemos viviendo este momento... Mis hijos no son asesinos son chicos, son adolescentes, son vagos como decimos en el barrio”, finalizó.

A continuación, y en la misma línea, tomó la palabra, Eduardo Benicelli, el padre de Matías, quien subió al estrado como testigo de concepto.

Al respecto, Benicelli padre, expresó que siente mucho “dolor, mucha angustia". "Nunca me imaginé que iba a pasar algo así con mi hijo. Afectó en todo. Estamos acosados. No podemos. Le han querido pegar a mi hija y a mi señora en la calle. Escucho cómo la insultan mediáticamente a mi señora", dijo. 

Y siguió: "Escucho que cuando lo lastimen a mi hijo en el penal no lo van a defender. A mi trabajo la gente dejó de ir. No tengo una palabra justa para definir. Sigue siendo mucho el dolor. Y el dolor no se cura con más dolor. No hay un día que no me levante con insultos. Fue terrible lo que pasó”.

Tras declarar, tanto Mauro Pertossi como Eduardo Benicelli pidieron permanecer en la sala y a ninguno de los dos les formularon preguntas ni la fiscalía ni el particular damnificado.

Finalmente, declaró la mamá de Enzo Comelli, María Alejandra Guillén, quien se dirigió directamente al abogado de los padres de la víctima, Fernando Burlando, y dijo: "Quería decirle al señor Burlando que yo no soy ninguna puta. Hace tres años que esperé este momento, yo necesito decirlo".

Luego, Guillén, habló sobre su hijo y especificó: “Estamos devastados desde ese momento. Nos cambió la vida a todos. Es una agonía constante".

En esa línea, sostuvo: "No podés salir a la calle. Mi marido casi pierde el trabajo. Es tremendo. La familias, las enfermedades, las llamadas. Está la gente que realmente nos conoce, pero bueno, está la otra que no nos conoce y que se guía por lo que ven y escuchan y bueno, así estamos”.

A su vez, habló sobre su hijo: “Enzo hacía deportes, tenía que rendir materias del secundario y trabajaba en un boliche en la parte de la caja. Con eso se pagó las vacaciones porque yo ese año me había quedado sin trabajo. Fue con sus amigos, a la mayoría los conozco. El año anterior había ido también”.

¿Qué declararon los peritos?

No obstante, el primero en declarar en la jornada de este jueves fue el perito e ingeniero informático Pablo Rodríguez Romeo, quien fue convocado por la defensa para hacer un análisis de la evidencia digital en el expediente. “Realicé un primer informe donde hice un análisis de los procedimientos realizados y un análisis de los archivos digitales incorporados a la causa”, explicó ante el Tribunal.

“La evidencia digital es algo muy frágil: se debe preservar celosamente para que no pueda ser accedida posteriormente al secuestro”, advirtió Rodríguez Romeo, quien puso en duda la cadena de custodia de los teléfonos secuestrados a los rugbiers.

“No se siguió ninguno de los protocolos, entonces no se puede informar si la prueba relevada fue íntegra. Se pasó de un sobre (donde se guardaron los aparatos de los imputados) a nueve sobres y hubo falta de precisión en la metodología utilizada. El secuestro de los teléfonos celulares está en la foja 38 del expediente. Identificamos que en el acta no está el número de serie, no se identifica el número de abonado y no se explica el método con el cual fue resguardado cada teléfono. Tampoco se indica el estado de los teléfono y no se informa si están bloqueados, si tienen pin o claves. Solo se dice que se secuestran los aparatos y los modelos”.

Además, sostuvo: "Hay mensajes eliminados después del secuestro de los teléfonos. Las fecha de creación y modificación difieren: no se tomaron precauciones de bloqueo. Todos los teléfonos tienen acceso posterior al allanamiento. Acá, por ejemplo, se visualizan mensajes de WhatsApp posteriores a los allanamientos. Incluso uno tiene acceso marcado el día 21 de enero de 2020″.

Luego, declaró vía remota, Agustín Costa Shaw, perito y psicólogo clínico que intervino en la investigación penal suplementaria, y que fue ofrecido en marzo de 2022 por la defensa, a cargo de Hugo Tomei, como perito de parte en una pericia psicológica y psiquiátrica a la que finalmente los imputados no aceptaron someterse por falta de “confianza” en el proceso judicial.

“Los imputados fueron recibidos por dos psicólogas y un psicólogo. Se mostaron tensos y nerviosos. Estaban con la disyuntiva de querer hablar y no poder hablar. Muchos tenían temblores y nervios. Básicamente, Enzo Comelli sacudía la rodilla. Hubo una situación especial donde Thomsen llega, se quiebra y no puede parar de llorar, hubo que contenerlos, estuvo llorando unos minutos. Se le ofreció agua y jugo. Él primero dice que no quiere realizar la pericia porque después se filtra todo.

Quiere decir algo mas y no puede parar de llorar, no puede hablar de tanto llorar. se quiebra. Después de eso, le explicamos con los colegas que esto era para él, que trate de calmarse. Cuenta que estaba mal por la situación de la madre, se siente culpable por su situación de salud. Ahí termina de decidir no seguir con la pericia aludiendo que lo que dijera se iba a hacer publico”, afirmó.

“Nos dio la sensación de que quería seguir adelante no por pruebas sino porque quería hablar con alguien. No paraba de contarnos cosas personales, su proecupación por la madre, tenía momentos de angustia, dijo que estaba haciendo tratamiento con alguien de afuera y que lo hacia de manera remota”, continuó.

Con todos esos testimonios, concluyó la extensa audiencia. Mañana miércoles se espera la última ronda de testigos del proceso. Los alegatos están programados para los días 23 y 24 de este mes, con el veredicto anunciado para el 31 de enero.

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