En celdas separadas con seguimiento individual los rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa volvieron a estar alojados en la Alcaldía de Melchor Romero, el lugar en el que cumplen prisión preventiva desde 2020, aunque el último mes fueron trasladados a la Unidad Penitenciaria N°6 de Dolores donde se desarrolló el debate oral.

La Plata es el lugar en el que seguirán por un tiempo, de forma transitoria, hasta que el juez de ejecución penal de la provincia de Buenos Aires que sea designado en la causa se decida donde continurán su detención y si serán distribuidos. Es que en la Alcaídia de Melchor Romero el servicio penitenciario puede garantizarles las medidas de Resguardo de Integridad Física del resto de la población carcelaria, la cual manifestaría un especial descontento y rechazo contra los rugbiers condenados y se percibe cierto malestar en el ambiente. 

Por su parte, los padres de los condenados, desean que sus hijos sean destinados a alguna de las tres unidades de Campana, para poder tenerlos más cerca. Otra opción que resuena dentro de las alternativas es la Unidad Penal N°45 de San Martín. 

Mientras tanto, los rugbiers regresaron a la rutina diaria que mantenían en Melchor Romero, antes de ser llevados a Dolores por el juicio. Trabajo en la huerta, y salidas al patio que duraban dos horas al día, en donde podían hacer gimnasia, en períodos distintos a cuando sale el resto de la población carcelaria, son algunas de las actividades que realizan durante su detención. También está presente su vuelco a la fe mediante asiduas e intensas lecturas a la Biblia, y visitas de un pastor.

Tal es así, que en la audiencia del lunes en la que leyeron el veredicto final se pudo ver cómo Ayrton Viollaz, uno de los rugbiers condenado a 15 años de prisión, rezaba y se persignaba sin parar. También, Luciano Pertossi, el menor de los condenados, en sus últias palabras, afirmó: “Le pido a Dios que sea algo bueno para todos”.

No obstante, estos indicios también demostrarían que ambos condenados buscarán ser alojados en un pabellón cristiano y así encontrar “cierta tranquilidad” en el ambiente carcelario.

No obstante, cuentan con contención psicológica, a la que especialmente Máximo Thomsen, acudió en más de una oportunidad. Asimismo, tienen acceso a un celular. Desde el Servicio Penitenciario Bonaerense, afirman que es uno solo teléfono para todos, algo que en varias ocasiones provocaba una pelea entre ellos.

Fernando tenía 18 años cuando fue atacado a golpes y asesinado, el 18 de enero de 2020, luego de asistir al boliche "Le Brique". Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi fueron considerados coautores del crimen, por lo que estarán presos 35 años. Lucas Pertossi, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz recibieron la pena de 15 años de cárcel por haber sido considerados partícipes secundarios.

El Código Penal de la Nación Argentina, es decir, la ley que rige en materia de delitos y su sanción en el país, se refiere a "prisión perpetua" y no a cadena. Aunque se suele creer que significa privar a la persona de su libertad hasta el día de su muerte, en realidad corresponde a la pena máxima que se puede recibir, es decir, 35 años.

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