El tatuador Patricio Pioli fue condenado este jueves a cinco años de prisión efectiva por difundir imágenes íntimas de su expareja, Paula Sánchez Frega, en el que fue el primer caso de "pornovenganza" elevado a juicio oral en el país y que termina en una sentencia.

El Tribunal de la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional de La Rioja, encabezado por la jueza Edith Agüero, encontró penalmente responsable al tatuador por los delitos de "coacción y lesiones leves calificadas en concurso real", en un hecho considerado de "violencia contra la mujer", según lo determina la ley 26.485.

El juzgado emitió el fallo tras una audiencia oral que contó con la presencia del imputado, oriundo de la provincia de San Juan, informaron fuentes judiciales.

La repercusión pública que logró la víctima con declaraciones a la prensa contribuyeron a que que su caso llegara a juicio. La joven hasta lo había acusado de violación a Pioli.

“Luego de la violencia que ejerció hacia mi persona vía redes sociales, Pioli contó en un medio audiovisual que la primera vez que tuvimos relaciones sexuales estaba empastillada y que prácticamente ni me di cuenta. El admitió que había tenido sexo conmigo sin mi consentimiento. En otras palabras, contó cómo me violó”, dijo en su momento a Infobae Paula, quien sufrió estrés postraumático, ansiedad, ataques de pánico e insomnio. 

La joven, nacida en La Rioja, agregó: “En uno de los primeros audios que me envió cuando habíamos cortado me dijo que me iba a hundir y destrozar la vida, y creo que con estas cosas lo está consiguiendo”.

Este caso de "pornovenganza" ocurrió en 2017, después de que finalizara la relación sentimental entre la víctima y el tatuador.

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