La Cámara de Apelaciones de San Isidro fijó para el próximo 7 de marzo la audiencia oral que definirá el futuro de la causa por la muerte de Diego Armando Maradona. En esta instancia se determinará si finalmente llega a juicio oral como un “homicidio con dolo eventual” o con una calificación más leve, para los ocho profesionales de la salud imputados que podrían terminar condenados a penas de entre 8 y 25 años, informaron hoy fuentes judiciales.

La Sala III de este tribunal envió las notificaciones correspondientes para anunciar a las partes que la audiencia se realizará ese día a partir de las 11.30, aunque no se llevará a cabo en los tribunales de San Isidro, sino de manera virtual.

“Vamos a exponer todos los argumentos por los cuales no estamos de acuerdo ni con la reconstrucción de los hechos ni con la calificación legal”, dijo a Télam el abogado Vadim Mischanchuk, defensor de la psiquiatra Agustina Cosachov.

El letrado fue el que primero solicitó lo que técnicamente se denomina audiencia del artículo 447 del Código Procesal Penal bonaerense, instancia que se realiza para mejorar en forma oral los argumentos de su apelación, en la que pidió el sobreseimiento de la psicóloga y, en su defecto, un eventual cambio a de calificación para su clienta.

A ese pedido después se unieron las defensas de la enfermera Dahiana Gisela Madrid y la del médico clínico Pedro Pablo Di Spagna, que al igual que Mischanchuk, podrán exponer en esta audiencia.

Además de los tres ya mencionados, los otros cinco imputados que tiene la causa son el neurocirujano y médico de cabecera Leopoldo Luciano Luque; el psicólogo Carlos Ángel "Charly" Díaz; la médica coordinadora de la prepaga Swiss Medical, Nancy Edith Forlini; el coordinador de enfermeros Mariano Ariel Perroni; y el enfermero Ricardo Omar Almirón.

En caso de ser hallados culpables, el médico Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov podrían enfrentar una pena de entre 8 y 25 años de prisión.

El equipo de tres fiscales que compuso especialmente para esta causa el fiscal general de San Isidro, John Broyad, y que está integrado por sus fiscales generales adjuntos, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y por la fiscal de Benavídez, Laura Capra, los acusó a los ocho como coautores de un “homicidio simple con dolo eventual”, con pena de entre 8 y 25 años de prisión.

Hace ya asi ocho meses que el juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Abel Díaz, luego del requerimiento del equipo de fiscales que instruyó la causa, elevó el expediente a juicio oral, pero las defensas de los ocho imputados apelaron aquella resolución y desde entonces la causa está bajo el análisis de la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro.

Serán los camaristas Gustavo Adrián Herbel y Carlos Fabián Blanco -y si hay disidencia se sumará Ernesto García Maañón-, quienes definan el futuro de los ocho profesionales de la salud, tras esta audiencia programada para el 7 de marzo.

Si la Cámara de San Isidro confirma todo lo actuado en la instrucción, la causa irá a sorteo para designar al Tribunal Oral en lo Criminal de San Isidro que deba juzgar, no antes del segundo semestre 2023, según las estimaciones, a los acusados.

Cuando el 22 de junio pasado elevó la causa a juicio, el juez Díaz sostuvo que los ocho imputados no cumplieron "con el mandato de actuar que la buena práctica médica colocaba en sus cabezas", y que como "garantes" de la condición del exfutbolista, tuvieron la posibilidad de "revertir" su cuadro cardíaco y no lo hicieron.

En su fallo, Díaz también elevó a juicio a Luque por el delito de "uso de documento privado falso", porque le imputan haber usado una firma falsificada de Maradona para pedir una historia clínica; y a Cosachov por "falsedad ideológica", ya que se la acusa de haber confeccionado un certificado de aptitud mental de Diego sin ir a visitarlo.

Según la hipótesis fiscal planteada en el requerimiento de elevación a juicio, el equipo médico de Maradona fue "deficiente", "temerario" e "indiferente", sabía que el "10" podía morirse en el estado en el que se encontraba y no hizo nada para evitarlo.