Caso M: "Los chicos están a la deriva, expuestos a diario a lo peor”
La mirada de los expertos ante la vulnerabilidad de los niños en situación de calle.
Por Matías Resano
@matiresano
Las 72 horas que permaneció desaparecida la niña M., llevada por un supuesto conocido a Luján, fueron un claro reflejo del peligro y la vulnerabilidad a los que están expuestos los niños en situación de calle, la cual es considerada por especialistas en niñez como un extremo que marca para siempre a los pequeños, por su grado de violencia y desamparo. “El caso M. dejó a la vista lo que es vivir en la calle, porque si está dentro de cuatro paredes le decís ‘quedate acá’. Hay miles de M.”, aseguró a Crónica Mariela Fumarola, referente de Red Solidaria y de Caminos Solidarios Argentina.
A partir de su experiencia, brindando asistencia a quienes viven a la intemperie, Fumarola reconoció que en el ámbito metropolitano son ochocientos chicos los que no viven bajo techo. En este sentido, la mencionada mujer solidaria describió que “los chicos están a la deriva, expuestos a ver o a vivir abusos, violaciones, violencia, porque la calle no es para vivir”.
Por su parte, la licenciada en psicología Laura Caballaro, quien se desempeñó durante muchos años en institutos de menores, expresó que “están en total desprotección porque sus padres no se pueden hacer cargo de ellos mismos, y en ese contexto pueden ser víctimas de abuso y hasta los cosifican para obtener dinero; de esta forma, no tienen ningún tipo de derecho”. En semejante estado de situación, los niños carecen de herramientas esenciales para su crecimiento, como lo son la educación y la contención, además de un hogar familiar. Justamente, ante tan vitales carencias, Caballaro dejó en claro que “ya no cambian sus vivencias, porque después de los 5 años interiorizan esas experiencias como algo normal. La realidad de ellos es así”.
En la misma línea, la integrante de Red Solidaria remarcó que “es muy difícil olvidarse lo que uno vive de chico, uno va mamando todas esas experiencias”.
Vivir en la calle, como señalaron las especialistas, convierte a los menores en participantes indirectos o directos de hechos de violencia de género, delictivos y adicciones. Un ejemplo de ello lo brindó la psicóloga Caballaro, quien contó que “un nene fue usado como rehén por su papá en un robo a un banco; ambos eran indigentes”. En tanto, Lorena Santana, representante de la olla popular Casa Compañera Los Octubre, detalló que “hay situaciones que te ponen la piel de gallina, como pedirle a una nena un dibujito y te dibujan un patrullero, que representa la violencia, y eso está en su psiquis. No están acostumbrados a jugar, sino a las situaciones violentas. En sus caritas se nota mucha tristeza, sin tener la posibilidad de disfrutar otras cosas”.
Por este crudo contexto en el cual están inmersos los niños y sus familias, los especialistas recomiendan, con énfasis, acompañarlos y comprenderlos, y no apuntarlos con el dedo, cómo sucedió con Estela, mamá de la pequeña que desapareció en Villa Cildañez, el lunes pasado. Al respecto, Lorena afirmó que “nosotros como sociedad siempre juzgamos, principalmente a la mujer, cuyo rol maternal se expone más, y me dolió mucho leer comentarios que criticaban a la mamá de la nena, por sus adicciones, que no la hacen culpable sino la víctima. Es muy doloroso”.
En coincidencia, Mariela Fumarola sostuvo que “hay que hacerse cargo en el no juzgar a las personas en situación de calle; es muy doloroso vivir en la calle, no tener una asistencia permanente es muy penoso”.
Las tres mujeres mencionadas aseguraron que “faltan muchos eslabones para que no haya más niños en la calle”, vinculados a la contención psicológica, alimentaria y educativa. Justamente, los últimos relevamientos realizados por Unicef confirman dicha apreciación, al señalar que el 63% de la población infantil se encuentra por debajo de la línea de pobreza, lo cual equivale a 8,3 millones de menores de edad.