Carolina Píparo, que hace diez años fue baleada durante una salidera bancaria en la ciudad de La Plata y a raíz de las heridas sufridas perdió a su hijo Isidro, de ocho meses de gestación, dijo este domingo que sigue siendo su "obsesión" que le expliquen por qué los delincuentes que la asaltaron utilizaron "tanta violencia".

También aseguró que se "paralizó" cuando en abril último uno de los condenados por el crimen de su bebé la hostigó por redes sociales desde la cárcel. "Me paralizó leer el hostigamiento, porque fue la primera vez que pensé qué hago cuando esta persona salga de la cárcel, porque voy a tener que tomar recaudos diferentes", explicó.

Y agregó: "Si a diez años del hecho le dan un celular y lo primero que se le ocurre es escribirme en mis redes sin ningún tapujo, ¿cuánto falta para que le den un beneficio y tenga que tomar recaudos por mis hijos?". Así se refirió a Carlos Moreno, condenado a 25 años de prisión como el autor del disparo que la hirió aquel 29 de julio del 2010 en una salidera bancaria en La Plata y a raíz de lo cual murió su hijo de ocho meses de gestación.

La amenaza ocurrió en abril de este año, cuando se habilitó a los detenidos en los penales bonaerenses a utilizar celulares debido a la restricción de visitas por la pandemia de coronavirus. Carolina había hecho un posteo en Facebook para recordar la trágica inundación de La Plata y en su muro recibió una respuesta del homicida de su hijo.

"De mí tampoco te olvides, Carlos Moreno. El mismo que te disparó, Carolina Píparo, basura de mujer. Acá, mejor que nunca en la Unidad 34 put...", le escribió en su muro. "Él piensa lo contrario a lo que pasó: cree que le arruiné la vida y está preso por culpa mía, y no que me haya arruinado la vida a mí", señaló.

Tras el hecho, el Servicio Penitenciario Bonaerense secuestró el celular de Moreno, que luego fue trasladado a un penal de Bahía Blanca. En otro tramo de la entrevista, Píparo manifestó que "lo único que esperaba era una explicación de por qué tanta violencia. Esa sigue siendo mi obsesión" y admitió: "Aún me cuesta creer que pasaron diez años. Soy una persona que no les da importancia a las fechas en general, pero julio es un mes muy duro."

El 29 de julio de 2010 Carolina concurrió junto con su madre, María Ema, a retirar dinero de la sucursal del banco Santander Río ubicado en la avenida 7 y calle 42, en la capital provincial. Una vez que se hizo con 10.000 dólares y 13.000 pesos, se dirigió en auto a su casa de calles 21 y 36, sin advertir que una banda de delincuentes la seguía.

Al bajar del auto, Carolina fue sorprendida por dos "motochorros", uno de los cuales la tiró al piso, le pegó un culatazo en la cabeza y, pese a robarle el dinero, le efectuó un disparo. Tras el asalto, la víctima fue trasladada al Hospital de Gonnet, donde los médicos le practicaron una cesárea, de la que nació su hijo Isidro, aunque, debido a las heridas que había sufrido la madre, murió una semana después.