Pareciera que por sus formaciones académicas no podrían haber terminado nunca con un ataque físico tan feroz. Sin embargo una pareja, integrada por un procurador penal y una abogada, sometió a una paliza brutal a un veterinario, hasta dejarlo inconsciente, porque su caniche murió en una clínica para animales ubicada en la ciudad bonaerense de Morón, poco después de que el profesional le suturara una herida.

La agresión fue tal que la víctima, en grave estado, tuvo que ser internada en primera instancia en ese mismo establecimiento sanitario, para luego ser trasladado al hospital de Haedo con politraumatismo de cráneo.

El episodio se registró este jueves, por la tarde, en el centro de salud para animales ADAP 24, situado en la avenida Hipólito Yrigoyen 921, a pocos metros del cruce con Belgrano, donde una pareja había acercado a su mascota para que lo atendieran por una herida.

Las primeras versiones indicaban que la habían llevado para que la bañaran y peinaran, pero fuentes policiales citadas este viernes por Crónica HD especificaron que en el establecimiento no brindan esos servicios.

El animal fue retirado de la clínica con la herida suturada y perdió la vida al poco tiempo. Su dueño, identificado por los voceros como Cristian Javier Sosa, de 52 años y residente en Castelar, se enfureció y, junto a su esposa, regresó al centro de salud.

Una vez en el lugar, buscaron a las corridas al veterinario y, sin mediar palabras, ambos lo golpearon con ferocidad hasta dejarlo inconsciente.

El hombre de 52 años, procurador penal y principal agresor, fue detenido acusado por "lesiones", mientras que su mujer, quien es abogada y tiene 62, no fue arrestada. La letrada, reconocida como Gladis Portesani, se habría limitado a aplicar una primera bofetada a la víctima.

El imputado fue alojado en la comisaría primera de Morón.

Se prevé que el imputado sea indagado este viernes, informaron fuentes judiciales, en el marco de una causa en la que intervino la Unidad Funcional de Instrucción N°5, a cargo del fiscal Claudio Oviedo.

En el marco de ese expediente, el caniche será sometido a una autopsia para determinar las causas de la muerte y establecer si el profesional debe ser acusado de mala praxis.

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