Un hombre de 35 años, de nacionalidad brasileña, fue detenido este jueves por la noche tras gatillarle un arma en la cabeza a la vicepresidente de la Nación, Cristina Kirchner, mientras estaba en la puerta de su casa en el barrio porteño de Recoleta. En tanto, la jueza federal número 5, María Eugenia Capuchetti dispuso su traslado a la alcaldía de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina (PFA). Además se allanó un domicilio que está a su nombre.

El agresor, identificado como Fernando André Sabag Montiel, se mezcló entre la multitud que esperaba en la puerta de su casa en Recoleta a la ex presidenta e intentó matarla mientras la ex mandataria saludaba a sus seguidores. 

Sabag Montiel fue atrapado en primeras instancia por algunos militantes y luego fue detenido por la Policía Federal, que le secuestró un arma Bersa calibre 32, la cual tenía 5 balas en el interior. con la cual había intentado asesinar a la vicepresidenta.

El sujeto fue trasladado a la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina (PFA), en el barrio de Villa Lugano. La causa está a cargo de la jueza federal número 5 María Eugenia Capuchetti e interviene también la Fiscalía Federal 10.

Por su parte, cerca de la medianoche del jueves y primeras horas del viernes se realizó un allanamiento en la casa declarada por el agresor. La propiedad se encuentra ubicada en el barrio de La Paternal.

La policía desplegó un importante operativo en la vivienda para intentar recolectar elementos que sean de interés para la causa. Una vez en el lugar, se detectó que si bien la propiedad se encuentra a nombre de Sabag Montiel, el agresor no vive en ese lugar. De igual modo, se concretó el operativo.

En la propiedad, las fuerzas de seguridad comprobaron que en la planta baja se encuentra una peluquería, mientras que en el primer piso reside una familia. En ese sentido, los propios integrantes de la familia colgaron un cartel que indicaba que Fernando Sabag Montiel no reside en esa casa.

De hecho, uno de los responsables de la peluquería informó que alquilan en el lugar desde hace 3 años y no mantenían una relación cercana con el atacante, sino que su único contacto era cuando iba a buscar el dinero del alquiler.

Por último, tras indagar a los inquilinos de la propiedad, los efectivos policiales se retiraron. Además, no secuestraron ningún elemento pero sí recabaron testimonios escritos y audios con las declaraciones de quienes habitaban el lugar.