Vestigios de una civilización perdida: ¿vivió junto a los dinosaurios?
ICA, PERÚ. Piedras talladas revelan millones de años de antigüedad, y la posibilidad de que una sociedad desconocida de humanos pudo convivir con diferentes saurios.
Por Marcelo Peralta Martínez
[email protected]
Pasaron miles de años pero las huellas son imborrables. Vueltas y vueltas al sol y siempre, en mayor o menor medida se logra hallar algo que nos conecta con el pasado. Estos vestigios demuestran y prueban años de existencia, tanto de otros animales como de otros seres humanos y sus vivencias.
En esta oportunidad, el hallazgo se dio en el departamento de Ica, en Perú, situado en un desierto blanco y pedregoso donde el doctor Javier Cabrera descubrió más de 11.000 piedras en donde se reflejan las vivencias de la época, una prueba única sobre la existencia de otra civilización que pobló el planeta cuando en este habitaban los dinosaurios. Veamos de qué se trata...
Origen y pruebas
La colección de rocas gravadas hallada por Cabrera refleja todo tipo conocimientos, quizá los mensajes más antiguos hallados hasta el momento. Se trata de piedras de todos los tamaños y formas en las que al parecer una primitiva civilización dedicaba su tiempo. En este conjunto de objetos, hay piezas muy chicas y livianas (de entre 50 y 100 gramos), mientras que también hay algunas que alcanzan y hasta superan los 40 kilos.
En cada una de estas, se observan grabados que reflejan conceptos de la biología, medicina, zoología, astronomía y más. Se destacan los pormenores de los ciclos biológicos de los dinosaurios, y el resto de la fauna, demostrando que esto sólo podría producirse de haber coexistido con dichos seres.
Según el doctor Cabrera, el descubridor de la biblioteca de piedra, parece que la edad en que vivió esta civilización que realizó estos grabados podría ser contabilizaa, más que por años, por ciclos solares. En una de las piedras se muestran grandes saurios prehistóricos. Allí se explica la manera de destruir al stegosaurus, un saurio prehistórico perteneciente a la rama de los dinosaurios blindados y que vivió en el período Jurásico.
Se han llegado a reunir series de grabados para otras especies de saurios, como el triceratops, el tyrannosaurio, el megaquiróptero (murciélago gigante), el stegosaurus y el agnato.
De estos animales se dispone series completas, mientras que de otros se tienen solo series parciales. grabó el ciclo biológico en profundidad, no sólo para ofrecer un conocimiento de zoología, sino también para explicar que la única forma de exterminar a este saurio era destruyéndolo desde sus formas más primitivas. Según los expertos que analizaron el histórico hallazgo, en las citadas piedras, cuando se reflejan escenas de caza de dinosaurios, siempre se puede como esta se extienden desde las matanzas a adultos, hasta la eliminación de las crías de los animales antediluvianos, para su protección.
En otras enormes piedras hay también grabaciones y altorrelieves con otros tipos de mensajes, muchos de estos distribuidos a la perfección. Por ejemplo, en un de los ejemplares con total exactitud puede verse entre las dos caras de esta roca un enorme pájaro, que se interpreta como aparentemente mecánico, sobre el cual están volando dos seres que llevan para la ocasión una especia de telescopio con los que miran hacia la Tierra, en forma “concentrada”.
Además, a ambos lados de la piedra, y coincidiendo ahora precisamente con su parte inferior, aparecen los grabados en altorrelieve de dos dinosaurios, mientras que un tercer hombre, idéntico a los que se encontraban sobre el pájaro, descende hasta el lomo de uno de los dinosaurios, mientras se sujeta al pájaro con una especie de cable o soga, al tiempo que con la otra mano hunde un frondoso cuchillo en el cuerpo del inmenso animal. En aquel grabado también hay otros tres elementos sorprendentes.
Se trata de lo que parecen ser tres lunas situadas en distintas posiciones del cielo en el que se movía el gran pájaro. Parece ser que estos seres habían conseguido vencer la fuerza de la gravedad y disponían de aparatos voladores que en las piedras aparecen representados como pájaros. Aparentemente esas máquinas voladoras les permitieron extender su guerra contra los saurios prehistóricos a todo lo largo y ancho del planeta.
Allí se mostraba la existencia de una civilización con tecnología avanzada. Hasta el momento, ninguna de las teorías a favor de la existencia de remotas civilizaciones se había podido apoyar en pruebas tan concluyentes. Conclusiones Un detalle clave a la hora de valorar las piedras labradas es que su tamaño está en proporción directa a la importancia del tema que se relata en dichas piedras. Esto querría decir que, cuanto más pesada fuera la piedra y cuanto más trabajo y esfuerzo se hubiera empleado a la hora de la grabación, más trascendental era la información que se exponía.
Hay una hipótesis: ¿Son de otra galaxia? Según se reveló, en muchas de las grabaciones se repiten unos símbolos que probablemente constituyen una clave para la lectura de estas piedras. Esos símbolos, en una determinada posición, parece que significan vida inteligente, mientras que en otra posición indican que no hay vida, señalándolos como un ying y yang antiguo.
Así, al parecer estos seres tenían amplios conocimientos de la existencia de vida en el espacio exterior, al tiempo que no solo estaban observándola en el firmamento sino hasta cargan con una “fiel” conexión, sumada a una “rutinaria comunicación” debido a los elementos recabados por el experto, con los cuales se pudo comprobar que el estudio de la vía láctea, les arrojó pruebas impensadas.
Qué indican: cálculos exactos
Una ciencia desarrollada. Ocurre que el 24 de diciembre de 1973 el cometa Kohoutek estuvo más cerca que nunca de la Tierra y se registró igualmente el eclipse anular de Sol. Además, la Luna se colocó durante unos segundos ante el disco solar, formando un majestuoso anillo, mientras que Venus y Júpiter se situaron en la posición señalada por los astrónomos y por las grabaciones de una de las piedras de Ica.
En tanto, la pieza se compone de 13 elementos zodiacales, 2 planetas, la Luna, el Sol, la nebulosa Cabeza de Caballo y el cometa Kohoutek, coincidiendo con absoluta precisión del último registro indicado. ¿Pudieron estos hombres haber calculado su futura visita?
Supervivencia de matanzas de otras consideraciones
Un misterio encantador. Así sucede igualmente con otra formidable mole de piedra de media tonelada en la que se muestra una matanza de hombres por parte de los dinosaurios. En aquella descomunal piedra pueden verse unos altorrelieves en que se muestra como saurios prehistóricos de varios tipos devoran y atacan a hombres.
Es curioso que otras piedras en que estos hombres grabaron también ciervos, caballos y una extensa gama de animales, son más pequeñas. Simismo, en otra de las piedras grabadas puede observarse un hombre que sostiene un extraño corazón.
Y junto a ese ser humano se encuentra un reptil prehistórico de gran aleta dorsal y que, según la Paleontología, apareció en el Carbonífero Superior, subsistiendo hasta el período Pérmico Medio. Es decir, en plena Era Paleozoica o Primaria.
Este grabado nos está revelando el profundo conocimiento que tenía aquella civilización de la fisiología y anatomía de sus innumerables enemigos. En una serie de piedras dedicadas a los saurios prehistóricos se pueden distinguir hasta 37 tipos distintos de grandes saurios, perfectamente clasificados por la Paleontología, así como otros muchos, desconocidos aún para la ciencia moderna.
Avanzados: conocían los astros
Una de las piedras más sorprendentes tiene en dos de las caras laterales tres seres idénticos en su fisonomía (bastante distinta a la nuestra) a los que aparecen en las restantes piedras grabadas que portan catalejos y que miran hacia la parte superior de la piedra, en que pueden observarse estrellas, cometas, nebulosas, constelaciones y toda una serie de signos. De esta manera, parece que representan trece constelaciones, que incluyen las Pléyades y las doce constelaciones conocidas.
Aquellos tres astrónomos observan la bóveda celeste, perfectamente grabada en la parte superior. Al mismo tiempo, en el firmamento de esta gran piedra, curiosamente también está grabado nuestro Sistema Solar, con total exactitud. Por último, en el estudio de las piedras se pudo observar que esta civilización contaba el tiempo en meses de 28 días.
Fuente: unsurcoenlasombra.com