Por Profesor Antonio Las Heras (*)
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Lluvia, hambre, guerra en Persia no cesados, demasiada fe, traicionará al monarca; allí termina lo que en Galia comenzó, secreto, augurio, para mostrarnos parcos.” Así dice una de las cuartas premonitorias que Nostradamus redactó por el año 1555. De su lectura e interpretación se desprenden hechos que, en verdad, acontecieronà. Y varios siglos después de la muerte del autor. Veamos y recordemos.

Persia es la nación que conocemos hoy con el nombre de Irán. El monarca que creyó podía perpetuarse en el poder fue el sha Reza Pahlevi. Galia es Francia. Precisamente allí vivía el ayatollah Khomeini mientras planificaba el comienzo de su revolución. Todo esto Nostradamus lo supo 424 años antes que ocurriera. Asombroso no sólo por la exactitud, sino por su capacidad poética para expresarlo usando, apenas, cuatro versos. Y no es el único caso.


En distintas ocasiones los anuncios precognitivos û como los llamamos en Parapsicología û de Michel de Notre Dame (tal su verdadero nombre) se cumplieron.

El comienzo de Nostradamus

Transcurría el año 1977 cuando su nombre se volvió a escuchar repentinamente, pues una de las cuartetas incluidas en “Centurias”, título del libro, constituido por 942 estrofas de cuatro versos, donde compcumplióó sus mensajes sobre hechos que ocurrirían, a su juicio, después de haber muerto él, se refiere a la asunción al papado de un sacerdote que no es romano, tras la muerte de un pontífice de breve reinado. Esto corresponde a la historia de Albino Luciani quien tomó el nombre Juan Pablo.

Asumió el 26 de agosto de 1978, tras una elección que, al decir de los especialistas vaticanólogos, fue muy controvertida. Su elección recién se produjo en la cuarta votación del Cónclave. Murió a los 33 días de asumir el cargo, cifra especialmente significativa para los cristianos, y hasta el día de hoy flota la sospecha de que su muerte no fue natural sino que fue asesinado.

El augurio sobre Juan Pablo



Nostradamus escribe en la cuarteta XII, centuria 10 lo siguiente: “Elegido Papa del elector será burlado, súbitamente con frecuencia emocionado, dispuesto y tímido. Por demasiado bueno y dulce a morir provocado, temor oprime la noche de su muerte”. Hay que destacar las expresiones que utiliza Nostradamus al definirlo como “emocionado, dispuesto y tímido” al igual que “bueno y dulce.”

Pues esto coincide con lo que la feligresía sintió ante su presencia, recordado su actitud cercana, amable y cariñosa en múltiples ocasiones. Téngase en cuenta que, a pesar de su exiguo pontificado, de inmediato fue llamado en Italia como “il Papa del Sorriso” (El papa de la sonrisa) y “il Sorriso di Dio”(La sonrisa de Dios.) A mayor abundamiento, recordemos que eligió como lema de su papado la expresión latina Humilitas (“humildad”). Por otro lado, si algo se tiene por seguro es el momento de la muerte del pontífice que, tal como vaticinara Nostradamus, aconteció durante la noche. Mayor exactitud en la descripción es imposible.

Juan Pablo II

Las predicciones no se quedan allí. Hace referencia a quien será el sucesor en el trono de Pedro. Se trata de Juan Pablo II del que, como ya señalamos, indica que “no es romano.” Cierto, pues era polaco. En una de las ilustraciones en el libro Centurias, Nostradamus muestra y explica que este papa “no romano” será atacado por un soldado utilizando una espada durante una visita a Francia. Esto último ocurrió; pero con algunas diferencias.

PARAPSICOLOGÍA ¿POR QUÉ PREDECÍA EL FUTURO?

Que haya alguna imprecisión en los vaticinios no es raro. Es que no nació aún la persona capaz de profetizar sin tener algunas equivocaciones. Como afirmamos los parapsicólogos, los fenómenos extrasensoriales son espontáneos y erráticos. No se pueden manejar a voluntad.



A lo sumo lo que si se puede es que se manifiesten con mayor frecuencia; sea por tener estas dotes extrasensoriales activas en forma natural o por haberse ejercitado con las prácticas necesarias para generarlas con regularidad. Por lo tanto, cuando se efectúan muchos vaticinios es esperable encontrar errores e imprecisiones. Ocurre que nos estamos refiriendo a un paragnosta. Llamamos así a la persona que usa con frecuencia sus facultades parapsicológicas.

Este hombre (que vivió “62 años, 6 meses y 17 días” según dice su epitafio) aprendió, según suponemos, a utilizar el fenómeno parapsicológico de precognición (capacidad para conocer sucesos futuros sin dar intervención a los cinco sentidos ni a la razón) de su abuelo, Jean de Saint Remy, médico y astrólogo quién también fue conocido por sus vaticinios.

(*) Doctor en Psicología Social, fi lósofo y escritor. Magister en Psicoanálisis. Pte. Asoc. Arg. Parapsicología y de la Asoc. Junguiana Argentina