¡Revelador! Contactados con seres del cosmos
HISTORIAS. Aquellos asombrosos relatos de quienes tuvieron encuentros cercanos.
Un verdadero astrónomo debe guardarse de opinar y de afirmar que sólo la Tierra está habitada. De eso, no se sabe absolutamente nada” escribió sin eufemismos el Abate Theophile Moreux (1867- 1954) director del Observatorio de Bourges, París, en su libro “¿Están habitados los otros mundos?”, que se publicó en 1944.
Lo cierto es que desde las primeras experiencias OVNI que se han registrado desde finales de los años ´40, la documentación nos señala que el “universo” para abordarlo presentó al menos tres formas: la rigurosamente científica, la mística y la periodística de investigación.
Y ese mismo anclaje también trajo aparejado las lecturas escépticas, socarronas y negacionsitas que siempre existirán. Lo que no puede ignorarse, es la presencia del “Fenómeno” en sí mismo.
Así, en medio de oleadas de avistamientos de fenómenos inusuales en los cielos, en especial durante la década del ´50, proliferaron las figuras de los “contactados”, es decir, quienes afirmaban no sólo haberlos visto, sino también entablado una relación cara a cara con seres de otros mundos.
Acaso el más representativo fue el famoso y no menos polémico George Adamsky (1891- 1965) quie en 1953 publicó su libro “Los platos voladores han llegado”, en el que describó su encuentro en el desierto de Mojave con un ser proveniente de Venus que respondía al nombre de Orthon.
Los biógrafos de Adamsky señalan que también fue recibido en audiencia privada por el Papa Juan XXIII (1881-1963). En esa travesía espacial lo acompañó como “copiloto” el músico irlandés Desmond Leslie (1921-2001) que tras la senda interplanetaria de Adamsky, relató su experiencia con otro venusino, esta vez en un paraje de California.
De paseo por el Cosmos
Pero años atrás, en junio de 1950, el ingeniero y piloto estadounidense Daniel Fry (1908-1992) convulsionó a sus colegas y a extraños al protagonizar un encuentro cercano del tercer tipo en el desierto de Nuevo México. Allí mismo, relató: “una cápsula metálica que descendió de los cielos, se posó a pocos metros”.
Según dijo, se trataba de una esfera que dependía de una nave nodriza que orbitaba alrededor de la Tierra. De ese disco descendió un humanoide de nombre Alan que se comunicó de forma telepática en perfecto inglés y que lo invitó a subir para poder observar Nueva York desde las alturas.
Su “viaje fantástico” fue reunido en el libro “Incidente en las Arenas Blancas” que lo catapultó a la fama. Fry es recordado por los amantes de la ufología por haber mantenido su convicción, pese a las críticas que lo denostaron por doquier. Como dato curioso, en 1977, se lanzó a la política como representante del partido Universal, cuya plataforma “intergaláctica”, basada en modelos aplicados en otros lugares del Cosmos, prometía eliminar el uso del dinero.
Otro contactado por demás extraordinario, ya que poseía dosis de esoterismo, fue el místico ocultista George Williamson (1926- 1986), que participó de sesiones mediumnicas en las que utilizaba aparatos de radio de onda corta para entablar encuentros con “entidades espaciales”.
Su libro más importante fue “Los Platos voladores hablan” publicado en 1954. En 1956, durante una entrevista realizada en un programa de radio, en New Jersey, el contactado y músico Howard Menger (1922-2009) habló de sus comunicaciones telepáticas y también presenciales, con una mujer humanoide procedente de Marte. Hasta su fallecimiento Menger sostuvo sus teorías y no se dejó amedrentar por las feroces críticas.
Publicó “From outer space to you” (Desde el espacio exterior para vos) y se dio el gusto de sacar un disco de vinilo titulado “Authentic music from another planet”. En 1990, durante un Congreso UFO realizado en Miami, presentó un prototipo de plato volador inspirado en tecnología extraterrestre. ¿Qué tal? El estadounidense de ascendencia italiana Orfeo Angelucci (1912- 1993), mecánico de profesión, confesó que en 1952 se comunicó con los tripulantes de una nave en un campo de Los Angeles.
Su interés por el tema tenía un enfoque religioso-espacial y brindó conferencias en las que detallaba sus encuentros con seres provenientes de otros planetas. Precisamente el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) tomó en profundidad el relato de Angelucci para redactar su famosa obra “Platos voladores: un mito moderno sobre las cosas que se ven en los cielos”, de 1959.
La respuesta de Angelucci ante las críticas fue contundente: “Las ideas espirituales no pueden ahora y nunca han sido capaces de ser probadas por métodos meramente materiales. Por lo tanto, no puedo dar ninguna prueba material de la realidad de mis experiencias para satisfacer a los escépticos".
VISITA A MARCIANOS... GENOVESE Y MARCONI, Y SU INTERÉS EN MARTE
El investigador italiano Narciso Genovese (1911-1982) fiel colaborador de su notable compatriota, el ingeniero electrónico Guillermo Marconi (1874- 1937) inventor de la radiotransmisión a larga distancia, describió que su maestro le dijo: “Si pudiésemos emitir ondas de radio a cualquier otro planeta, éstas llegarían primero a Marte, de manera que se podría entablar comunicaciones con sus habitantes marcianos”.
Una idea que ambos manejaban como una hipótesis por demás probable de poder intentar concretar. La historia luego nos contará otras cuestiones que desviaron la atención de ambos.
Como que es absolutamente cierto que Marconi, a pesar de su buena relación con la iglesia católica, al punto que fue recibido por el Papa Pío XI (1857-1939), una de los sumos pontífices más influyentes del pasado siglo, igual debió interrumpir varios proyectos que tenía en carpeta por estar enfrentado al dictador italiano Benito Mussolini (1883-1945) por lo que sus inventos considerados “ultra secretos” quedaron archivados definitivamente. “Il Ducce”, como llamaban en sus días de esplendor al rústico militar peninsular, vanagloriándose de un título nobiliario que él mismo se inventó, llegó a comentar entre sus allegados más cercanos, según textos periodísticos de entonces, que lo de Marconi era muy “fantasioso”.
Así, de aquella relación entre Marconi y Genovese, éste también confesó a sus íntimos que obtuvo señales provenientes de Marte y que incluso él mismo había viajado al planeta “Rojo”, en 1956. Así lo dejó reflejado en su libro “Yo he estado en Marte”, cuya primera edición salió en 1977, pero que aún hoy puede adquirirse, en especial en ferias de libros usados, aunque en Italia afirman que hay ejemplares a estrenar en la lengua del Dante..
(*) Investigador paranormal y ufológico