En una finca de Salaberry, en Bragado, en la provincia de Buenos Aires, un extraño fenómeno cautiva a propios y extraños. La casa que supo tener un zoológico presenta actividad paranormal.

El pueblo se ubica muy cerca de la estación de tren y está desértico. La propiedad inicialmente recibió el nombre de "La Matilde", que luego y hasta la actualidad fue cambiado por Montelén.

Según reveló una especialista a la agencia DIB, un hombre que trabajó en la zona: "contó que una madrugada, mientras estaba trabajando, escuchó gritos de lo que supuso era su hija. Salió corriendo hacia su casa, donde encontró a la nena durmiendo plácidamente. ´Ahí me se dio cuenta de que había oído el grito de un fantasma´explicó el hombre".

Tiempo después, una joven aficionada a la fotografía realizó algunas capturas en la capilla y al revelarlas pudo notar la cara de una nena. El mismo detalle pudo observar al pasarla a su notebook.

¿Quién era la nena? ¿Qué pasado carga en el casa? Curiosamente Juan F. Salaberry y Máximo Fernández, nombre que lleva la citada estación de tren tiene mucho que ver. Este último compró la propiedad en 1872 y la llamó como su esposa, Matilde Sevey: "La Matilde".

Más tarde, y tras gozar de un formidable bienestar económico se vio obligado a vender todo y entonces, Salaberry apareció como comprador. Con los negocios bien definidos y desarrollados, además de la instalación del zoológico como atracción principal, Salaberry vendió a precios accesibles algunos de sus terrenos y fundó el pueblo. Más tarde llegaron los comercios y hasta se instalaron unos 1300 habitantes.

Un día como cualquier otro, ya en 1910 ocurrió una tragedia. Sucedió que quien debía cuidar a los leones, que vivía allí junto a su familia, tenía una pequeña hija. Un día, el cuidador se distrajo y la nena pasó su cabeza por las rejas de las jaulas de los felinos. En un movimiento fatal, la leona la decapitó.

De aquí, surge la hipótesis sobre que la nena de la foto sería la hija del cuidador, que murió horrendamente y no logra ascender a un plano superior, mientras que para muchos, la finca está endemoniada.

Un recorrido por la estancia endemoniada