Murió, llegó al cielo, presenció algo increíble y resucitó: ¿Qué vio?
El relato de un médico que murió, resucitó y hoy predica el evangelio. Conocé la historia de Godwin Ugilu Amadou, un profesional de la salud que asegura haber visitado el cielo y encontrarse con el "reino de Dios".
Ver luz al final de un túnel suele usarse como figura de los que parecen ser los últimos segundos de vida de un ser humano. Es así, porque forma parte de los relatos de quienes aseguran haber tenido lo que se conoce en la ciencia como experiencia cercana a la muerte. Un deceso clínico. El corazón deja de latir brevemente y una reanimación médica lo logra hacer bombear de nuevo.
Desde otros ámbitos, se plantea que se puede ir al más allá y regresar a este plano en un tiempo mayor. Godwin Ugilu Amadou, de 59 años, ejercía como médico hasta hace poco tiempo en el pueblo de Gidan Angalu, región de Toto, estado de Nasarawa, en Nigeria, África.
El profesional asegura haber perdido la vida y, a los dos días, recién recuperó sus signos vitales luego de haber tenido un contacto con una divinidad. “Mi viaje al cielo fue pacífico”, relató a la prensa.
En julio último, Amadou se enfermó. Y tomó, literalmente, la sentencia latina “Médico, cúrate a ti mismo”, que en realidad apunta a que el facultativo procure estar bien antes de afrontar su tarea de ayudar a curarse a un paciente. Y, en ese sentido, Amadou trató de quitarse un dolor en las piernas y el pecho que lo agobiaba, seguido de una hinchazón de las extremidades inferiores. Pero nada de lo que puso en práctica funcionó.
Temiendo que muriera, uno de sus hijos lo llevó al Centro Médico Federal, de Keffi, donde fue asistido durante dos semanas. Sin embargo, a los pocos días, Amadou tuvo otra vez dolor en el pecho, de mucha mayor potencia que el que había forzado su internación. Cuando enfermó gravemente, el hombre de 59 años fue trasladado de urgencia al establecimiento sanitario de Keffi.
Tan pronto como los médicos comenzaron a asistirlo, el médico falleció. Los profesionales confirmaron la muerte de su colega a las 6 de la mañana del 5 de septiembre último. Claro que..., dos días después, el cuerpo fue llevado al pueblo para ser velado a cajón abierto. Y sucedió que, en medio de la ceremonia fúnebre, el ataúd empezó a temblar y finalmente se cayó al suelo.
Amadou no estaba muerto, sino resucitado. Tras la sorpresa y estupor, contó: “Mi viaje al cielo fue pacífico. Ahora me siento muy confundido acerca de lo que Dios me hizo. Todo lo que puedo recordar ahora es que perdí la memoria cuando estaba enfermo, pero luego la gente se reunió en mi aldea para llorar mi muerte".
"Fue como una nube que se abrió y vi lo que parecía un satélite dorado gigante suspendido en el espacio. No sé si esto es lo que la Biblia llama cielo. Después vi un ángel muy alto, con una hermosa espada y cabello dorado. Detrás de él había otros dos que sostenían folletos y libros con las palabras de Dios. Los tres ángeles parecieron hablar entre ellos y luego me permitieron entrar a la ciudad del Cielo...”, reveló.
"Y regresé exitosamente con el valor de predicar el Evangelio el resto de mi vida”, finalizó.
Caso en la Argentina: Víctor Sueiro, el periodista que vio la luz
Víctor Sueiro fue un periodista argentino. En 1990 sufrió un vuelco en su extensa trayectoria mediática, tras un paro cardíaco que lo tuvo clínicamente muerto por 40 segundos.
Cada vez que un desfibrilador reanima a una persona, está haciéndolo volver de la muerte. Pero en el caso de Sueiro fue distinto porque vio “la luz al final del túnel”, como lo reflejó en “Más allá de la vida”, libro con ventas masivas.
“La Gran Experiencia había durado algo más de cuarenta segundos. Y relataré con lujo de detalles cada micrón de instante de lo que entonces sentí, vi y oí”, escribió y contó: “Yo, horizontal, en la mesa de intervenciones; una sensación de estar yéndome a la nada. El doctor (Jorge) Wisner me dice que me estoy mareando. Yo le digo: ‘Sí, sí’. Y no recuerdo nada más porque todo se puso negro de golpe y pasé a la nada. O eso creía yo, al menos”.
“Fue en ese instante en que se produjo mi muerte. La experiencia vivida en ese tiempo me demostró que no sólo no había pasado a la nada, sino que era muy probable que hubiera pasado al Todo”, cerró.