Por Diego Cosco (*)
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Los relatos de leyendas griegas suelen trasmitir diferentes hechos que llaman la atención, dado que parecen citar cuestiones que entremezclan situaciones reales con mitologías. Así, la existencia de unas tierras desconocidas situadas al norte de Tracia, que se supone cercanas al Polo Norte en el mundo antiguo, donde se decía habitaba el dios-viento, Bóreas, cuyos hijos lo hacían más al norte aún y en el pasado remoto (ya para ese entonces), habrían sido contactados por habitantes de otro continente, más allá del océano y que asustados habían huido para no retornar jamás. Eran los Hiperbóreos. ¿Mitos, leyendas, o verdades develadas de tal forma que pueden prestarse a confusión?

Investigando más

Los Hiperbóreos eran semidioses de la legendaria “Tierra del viento del norte”à Hiperbórea. Tenían grandes habilidades y se teoriza que podrían tener un origen alienígena. Sin embargo, lo más trascendente es que sus descendientes estarían presentes entre nosotros hasta nuestros días.

Para ello es importante saber el significado de Hiperbóreo. Su nombre que en griego antiguo significa, justamente, más allá del norte, deriva de que se creía que el dios del viento, representado en la mitología por Bóreas, habitaba en Tracia y los hiperbóreos, quienes eran sus hijos, lo harían más al norte aún de este reino, en el país de Hiperbórea. Se dice que los hijos del Segundo Sol, los hiperbóreos, perecieron arrasados por fuertes huracanes.



Seres avanzados

Los Hiperbóreos han sido descriptos por diferentes autores como una raza de gigantes o seres de gran estatura, de tez blanca, profundo ojos azulados y un detalle que no es menor: lucían el cabello muy rubio. Habían desarrollado las ciencias pero también contaban con muchos artistas, vivían en comunidades en forma de sociedad y se caracterizaban por no ser guerreros y sí practicar el sentido de la armonía, además de sus conocimientos de habilidades como la telepatía.

Sus habitantes practicaban la curación del alma y del cuerpo a través de encantamientos, y también manejaban el don de la profecía. Los hiperbóreos llevaban vestimentas de tipo escita y no eran ostentosos. Al arribar a lo que era la Grecia, fueron reconocidos por su honestidad y sencillez. Prueba de ello es que una de sus personajes, Abaris, aprendió sus habilidades curativas después de huir de una plaga en el Cáucaso, en su tierra natal de Hiperbórea.

Los escandinavos modernos han sido con frecuencia identificados con los hiperbóreos, en especial en la Suecia del siglo XVII, cuando los godos creían que la península escandinava contenía tanto la Atlántida como Hiperbórea. La cultura de Europa Occidental también se identifica con los hiperbóreos, a a partir de eruditos europeos del siglo XIX en sus obras literarias. Hasta la actualidad, el término Hiperbóreo se usa para referirse a personas que habitan en climas fríos y se los asocia a las lenguas de los pueblos originarios del Círculo Polar Ártico.



Un detalle no menor es su concepto del trabajo, dado que su genética no conocería la vejez ni enfermedades. y serían seres altamente psíquicos. Además, parte de la historia griega los conecta a la fundación de varios santuarios religiosos en el antiguo imperio, y también indica en estos escritos que el planeta estaría conectado por túneles en gran parte del interior de nuestro planeta. Recordemos que diferentes culturas de distintos continentes coinciden en sus escritos antiguos que toda la humanidad tiene su origen en Hiperbórea, y de igual forma, de la existencia de un mundo subterráneo.

No tan perdido
En primer lugar, hay que recordar que esta región así como los dos continentes “perdidos” no habrían dejado de existir, ya que todo hace suponer que se encuentran, incluso sus edificaciones, en el fondo de los océanos y mares. como se habría demostrado recientemente con Lemuria. Y ya se especula con la posibilidad de que en algún momento de la historia de la humanidad estos continentes podrían volver a emerger a la superficie.

En ese sentido, no todos los hiperbóreos habrían desaparecido de la gran catástrofe, y una parte de esa sociedad se puso a salvo, prevenidos de la inminente destrucción de su civilización, antes de la desaparición de los continentes de Lemuria y Atlántida, muy probablemente debido a un cambio de posición del eje terrestre. Esto habría llevado a sus poblaciones que, prevenidas, durante un tiempo prepararon para emigrar hacia el interior del planeta, y de ahí la relación con el conocido Monte Shasta, en California, hasta donde se habrían internado.

Por ello, los hiperbóreos serían representados como una antigua raza con la misma procedencia que la Atlante y la Lemuriana, ambas relacionadas a un origen extraterrestre. Muchos investigadores, como Vön Däniken y Benítez, consideran probable que en la actualidad una parte de esta civilización permanecería oculta en las entrañas del planeta. Los científicos han confirmado que hay aberturas en los polos (y no solamente allí) y que estarían sirviendo como entradas a un mundo oculto avanzado.

SI se considera válida esta teoría, la antigua leyenda griega tendría sentido. En tanto, otra parte de aquellos descendientes, en el transcurso de la historia de la humanidad habrían ido saliendo a la superficie y adaptándose a distintas partes del mundo, emigrando a tierras más meridionales, mezclándose con otras etnias y habitantes de diferentes regiones del planeta, como por ejemplo Islandia y tierras continentales de Europa, así como a tierras de la India, el Himalaya, o bien al Continente Americano, aportando sus conocimientos en matemáticas, sabiduría esotérica, astronomía y otras ciencias que han desarrollado.

Es elocuente que muchos mitos y leyendas sobrepasan los límites de la imaginación. Empero todos tienen un punto en común: todas estas mágicas civilizaciones son de procedencia extraterrestre y poseen una inteligencia superior. Sin dudas la historia refleja vestigios de seres de civilizaciones de otros planetas. Quizá lo más difícil resulte encastrar todas las piezas, para llegar a la verdad no revelada de nuestros orígenes.

EN DETALLE: ALLÍ NO SE ENVEJECÍA

Todo hace suponer que cuando se menciona a la raza de los hiperbóreos se está hablando de seres avanzados y con capacidades superiores. Los Hiperbóreos han sido descritos por muchos autores esotéricos prominentes como Helena Blavatsky y Rudolf Steiner, reconocidos por sus descriptivas investigaciones. Blavatsky escribió al respecto que esta especie fue la Segunda Raza de las Razas Raíz de la historia de la humanidad, en el orden de la creación y que se originaron de una influencia “ocultista” del siempre influyente planeta Júpiter.

Se han descrito como seres gigantes, o en realidad de elevada estatura, de piel blanca, con ojos azules intensos y cabello rubio. Y más allá de su aspecto bien determinado, tenían grandes capacidades en las artes, las ciencias. Asimismo, se movían como una sociedad bien organizada, ya que vivían de manera muy pacífica y armoniosa. Blavatsky también llegó a la conclusión que tenían habilidades psíquicas, al punto que manejaban la telepatía.

Si bien se asentaron bien al norte de Eucrasia (aunque también en lo que sería América del Norte), los hiperbóreos habrían migado al sur cuando el Polo Norte comenzó a congelarse debido al inicio de la que ha sido designada como la Edad de Hielo que traspasó en sus diferentes etapas el planeta Tierra.

Un detalle que pocos habrían considerado, pero que no es menor, es que habrían fundado la siempre enigmática Atlántida (¿un continente perdido o una ciudad enorme y desaparecida?) y llegaron hasta la antigua Grecia, erigiendo santuarios como el Oráculo de Apolo. Además, ellos encontraron entradas a la Tierra Hueca, como en el Tíbet y en el Monte Hasta de California, Estados Unidos.

¿Vida eterna?
Sin embargo, una de las razones por las cuales se la reconoce a esa región es porque Hiperbórea era mejor conocida como una tierra donde la gente nunca envejecía, y su población había sido bendecida con cuerpos libres de enfermedades, de igual manera que esa raza no fue tocada por las confrontaciones que llevan a la guerra, ni tampoco afrontaban complejas dificultades.

Los relatos griegos hablan de que los sacerdotes de Apolo gobernaron Hiperbórea como una sociedad teocrática. Los tres reyes que gobernaron en su honor sus territorios fueron los Boreales, hijos del Viento del Norte, Bóreas. ¿Mito, leyenda, o un relato apenas desviado por la falta de conocimientos de quienes lo plasmaron? ¿Hablaban de seres humanos, o de una raza alienígena instalada en la Tierra? ¡Qué duda queda abierta!

RH NEGATIVO
EL FACTOR SANGUÍNEO, OTRA CLAVE DISTINTIVA

Podría relacionarse a los Hiperbóreos con seres alienígenas, a partir de ciertas características de un grupo sanguíneo determinado, actualmente existente en la raza humana? Está visto que las razas humanoides que habitan el universo (o multiverso, como se llaman a los diferentes universos), pueden tener un flujo sanguíneo que les permite la vida. En ese contexto, el tema de los Hiperbóreos parece dar una respuesta a esta investigación.

Es que, fundamentalmente, se han relacionado al factor sanguíneo del RHNegativo, un tipo de sangre que se lo puede describir como exótico, raro, poco común entre nosotros. Una teoría dice que los Hiperbóreos tenían este tipo de sangre y las personas que lo llevan en la actualidad serían descendientes mestizos de aquellos seres.

Como se sabe, ese tipo de sangre es inusual, la menos presente, y su origen resulta desconocido, así que se ha expuesto bastante de que pudo haber surgido de alienígenas ancestrales. Un artículo de investigación indica que los antropólogos han encontrado una hibridación o mestizaje antiguo entre una raza humana con cabello y ojos negros y otra con cabello rubio de ojos azules. Los de cabello dorado eran de una raza escandinava que tenía su sangre factor RH-Negativo, y los de cabello oscuro llevaban el factor RH-Positivo.

Este mestizaje habría ocurrido en el territorio actual de las islas Británicas, así como también en la península Ibérica y Francia. Según relatos antiguos entremezclados con leyendas indican que aquellos escandinavos antiguos provenían de Hiperbórea

(*) Investigador de Dogma Argentina

Por D.C