Dogma Argentina nace gracias a un grupo de investigadores de lo paranormal que decidieron enfocarse en crear protocolos para darle una mayor formalidad a cada caso que analizaban y al mismo tiempo, mejorar la calidad de la información que llega al público general.

Es una organización sin fines de lucro, por lo que no cobran por las investigaciones.Cuando reciben un nuevo caso, primero se encargan de hacer tres entrevistas. Luego, llega el momento de revisar el lugar con el equipamiento correspondiente para conseguir que la entidad se manifieste. Las recorridas pueden durar toda la noche, aunque coinciden que la actividad paranormal se intensifica a partir de las 3 de la mañana.

Han realizado una clasificación propia para establecer a qué se enfrentan: entidades de bajo nivel [ligadas a lo físico, las casas o las personas], alto [pueden ser buenas o malas pero ya no son personas, son más elevadas] y elementales.

Investigadores paranormales compartieron sus primeras experiencias con el más allá

Todo surgió con Ariel Lopez y Guillermo Barr [quien ya no forma parte del equipo], a los que tiempo después se sumó Jorge Fernández Gentile, actual editor del suplemento Paranormal de Crónica. Poco a poco se fueron sumando más especialistas y ya son doce, más cuatro personas que continúan en entrenamiento.

Ariel es analista de sistemas y además, desde hace 15 años, divide su tiempo en diversas exploraciones y asesorías. "Soy médium, alguien que está entre dos mundos, que puede ver almas y entidades paranormales y el mundo terrenal", explicó a La Nación.

Su historia con el universo paranormal comenzó a muy temprana edad, luego de estar clínicamente muerto y volver a la vida. Jugando en el living de su casa tocó un cable pelado, se le paró el corazón y se vio a sí mismo acostado.

Es como que pasé para el otro lado por unos minutos. Sentí cómo me desplazaba, sentí que me tragaba la lengua, empecé a ver todo oscuro, vi una especie de túnel de ese que hablan, y sentí… o, digamos, percibí una paz impresionante; el desprendimiento del cuerpo físico es algo etéreo, difícil de explicar y es la comunión con algo que te deja muy tranquilo. Al mismo tiempo, escuché una voz que decía que no era mi momento y volví de golpe a despertarme parado al lado de los cables que estaban chispeando todavía”, recordó.

A partir de ahí comenzó a conectarse con el mundo paranormal. “Estaba en la sala de espera, mientras mis papás hacían todo el trámite de ingreso, y se me sentó un nene al lado. Le pregunté qué le había pasado y me contó que se había quemado. Vino mi vieja y me pregunta: «¿Con quién estás hablando?». Y le contesté que estaba hablando con el nene al lado mío. Empezaron a escucharse gritos, corridas y una enfermera le dijo a mamá que acababa de fallecer un chico que estaba completamente quemado. Eso después ya fue cotidiano. Veía de todo”.

Por su parte, Jorge se dedica a la rama que tiene que ver con la ufología. “La experiencia más fuerte que tuve antes de Dogma fue la observación de un ovni en la terraza de mi casa en la década del 90, lo que me motivó a estudiar ufología. Voy a cumplir 62 años, pero siento la alegría de ver a chicos de 25 y 26 que están haciendo su preparatoria para entrar al grupo. Hacemos investigación seria y no chantadas”, sentenció el periodista.