¿La Luna es una nave espacial descompuesta que fue creada por extraterrestres?
La teoría creada por científicos rusos a principios de los años 70 continúa prevaleciendo entre círculos de conspiradores, quienes al igual que los creadores consideran que "no hay un solo dato que descarte nuestra suposición".
A lo largo de los siglos, el satélite espacial blanco que orbita la Tierra, alumbra las noches y controla nuestos océanos ha sido el natural objeto de estudio de diferentes disciplinas. Desde esoterismo hasta metafísica, la Luna ha intrigado a muchas de las grandes mentes de la historia, y su origen es aún estudiado por científicos y conspiranóicos por igual.
Más específicamente, es el tamaño de la Luna el que ha desconcertado a los especialistas. Con más de 3.000 kilómetros de diámetro, es difícil de explicar como un pequeño planeta como la Tierra pudo capturar un cuerpo masivo como la Luna en su órbita. Frente a la falta de evidencia científica que responda la cuestión, una pregunta ha surgido y toma fuerza con los años: ¿Es la Luna la creación de inteligencia alienígena?
Esto fue lo que se preguntaron Michael Vasin y Alexander Shcherbakov, dos miembros de la entonces Academia de Ciencias soviética, en un artículo publicado en julio de 1970. Su hipótesis planteaba que la Luna es un planetoide ahuecado creado por seres desconocidos con tecnología muy superior a cualquiera en la Tierra, quienes estacionaron la masiva nave en la órbita de la Tierra por razones desconocidas.
Como una muñeca rusa, esta insólita teoría parte a su vez de una segunda teoría, la hipótesis de la Luna hueca. Para los científicos soviéticos, el interior del satélite espacial fue cavado para insertar la maquinaria y el espacio necesario para trasladar toda una civilización, que viajó por el espacio protejida por un grueso casco recubierto por una capa exterior hecha de escoria rocosa metálica.
"Abandonando los caminos tradicionales del sentido común, nos hemos sumergido en lo que a primera vista puede parecer una fantasía desenfrenada e irresponsable. Pero cuanto más examinamos toda la información recogida por el hombre sobre la Luna, más nos convencemos de que no hay un solo dato que descarte nuestra suposición", manifestaron en el escrito Shcherbakov y Vasin.
Por más fantástica que resulte, la teoría de la Luna hueca tiene un considerable número de seguidores, entre ellos el famoso conspiranóico Davide Icke. El ex jugador de rugby se convirtió en una figura prominente en el movimiento de la teoría de la conspiración, donde publicó múltiples libros explicando sus extravagantes creencias. Una de ellas fue la Luna alienígena.
En una conferencia, Icke plantea como evidencia de la Luna hueca un episodio registrado por la NASA durante la misión Apolo 12. En el viaje lunar, la tripulación aterrizó el módulo lunar con increíble fuerza, generando un impacto equivalente a una tonelada de dinamita. Ante el golpe, los sismógrafos detectaron un sonido proveniente de la Luna, algo similar a un gong o una campana, que resonó por ocho minutos.
Un año más tarde, el Apolo 13 tuvo que cancelar su misión por problemas técnicos y arrojó sobre la Luna el cohete desechable Saturno. Este impacto sonó de forma similar al módulo lunar descartado en 1969. Aunque en esta oportunidad, los sismógrafos detectaron que el astro retumbó durante más de tres horas. "Estos dos científicos rusos escribieron un artículo en 1970 titulado, '¿Es la Luna la creación de una inteligencia extraterrestre?' Y todos estos años después todo indica que tenían razón", expresó Icke.
La última evidencia en apoyo de esta teoría se encuentra en los cráteres lunares: La luna tiene miles de cráteres de varios tamaños; sin embargo, todos los cráteres tienen aproximadamente la misma profundidad. Los cráteres pequeños tienen una profundidad proporcional a su diámetro, pero los cráteres más grandes no son más profundos y tienen una superficie plana o incluso fondos convexos. Esto sugiere que puede haber algún tipo de barrera metálica debajo de la superficie que la protege de daños.
"¿Qué es hoy la Luna?", se preguntaron dos científicos rusos a principios de los años 70. "A la espera de las pruebas definitivas, nuestra hipótesis puede parecer descabellada, pero creemos que las cuestiones que hemos planteado proporcionan suficiente sustento para una consideración seria sobre el asunto. El resultado puede ser el esclarecimiento de muchos enigmas lunares".