Esta semana en Crónica Paranormal, Marco Bustamante nos cuenta la historia del Gran Hotel Viena, que curiosamente no queda en Austria sino en Miramar, provincia de Córdoba. La historia se esta construcción es bastante curiosa y misteriosa, ya que un asesinato podría haber llevado a este lugar a ser uno de los lugares “más embrujados del mundo”.

Resulta que hace muchos años, este hotel que hoy se transformó en un museo, atestiguó una muerte, un fallecimiento que nunca se aclaró. Estamos hablando del jefe de seguridad del edificio Martin Kruger, quien fue encontrado sin vida tras sucumbir ante los efectos de un veneno. Hasta el día de la fecha todavía no se sabe a ciencia cierta si se trató de un asesinato o de un suicidio.

El hotel se inauguró en 1945. 

Luego de una modesta investigación que se realizó internamente, se llegó a la conclusión de que la principal sospechosa era Ana, una señora alemana, de pequeña contextura física y siempre con un pañuelito blanco en la cabeza. Sin embargo, resulta que esta mujer desapareció el mismo día en que Kruger falleció.

“No sé si encuadrar estas historias en lo fantasmagórico, sino en lo paranormal. Obviamente que la gente, a través de estos cinco años te empieza a transmitir sensaciones ya que con ellos recorremos las habitaciones. Por ejemplo, de que hay alguien más en la habitación o de sensaciones de profunda tristeza”, explicó una de las guías de las visitas al hotel que hoy es un museo.

Las historias etrañas comenzaron luego de que asesinaron al jefe de seguridad del hotel.

Ana dejó todo en el hotel, su ropa, sus pertenencias y a su hermana, pero nunca más volvió a aparecer ni se supo más de ella. La sospecha es que es ella quien hoy deambula el hotel junto al ex jefe de seguridad. Una vez desaparecida, nadie se animó a preguntarle a su consanguínea sobre el paradero de Ana, lo que evidenciaría la importancia de los silencios que se manejaban en el hotel.

Así lo señala nuestra guía: “Es muy posible que Ana siga recorriendo y el hotel y compartiendo lo que sea junto a Martin Kruger”.

Así te lo cuenta Marco Bustamante