La chica urbana (en cuarentena): los imprescindibles de siempre
Un nuevo capítulo de una serie de eventos desafortunados donde la ciudad, sus historias y sus contextos se ven desde un punto de vista diferente.
Por La chica urbana
@ChicaCronica
Capítulo 12
El coronavirus en Argentina demostró que es tan necesaria la presencia del Estado como también un Ministerio de Salud y como la labor de la Ciencia. Pero también quienes habían sido maltratados, criticados y hasta arrojados a la idea de ser reemplazados por “voluntarios” con capacidades y estudios poco comprobables durante un largo tiempo, fueron los y las docentes. Se acerca el día del maestro y este contexto de pandemia también demostró que son parte de los imprescindibles.
Adaptándose a los golpes a las nuevas tecnologías para poder dar clases a través de la virtualidad, convirtiendo la distancia en cercanía, manteniendo la atención de los alumnos y alumnas para que no dejaran de aprender, enfocados en cuidarlos dejando de lado sus propios miedos, han puesto todo, aún hasta lo que no tienen.
Hola, ves esa chica en pantuflas? Está dando clases! Ella es mi novia, y es profesora de matemáticas. Hace un mes...
Publicado por Angel Obez en Martes, 21 de abril de 2020
De su propio bolsillo les han proporcionado créditos o medios a quienes no tenían acceso a la posibilidad de comunicarse. Fueron a buscar a sus alumnos y alumnas a donde sea, los han llenado de creativas invitaciones y hasta han hablado con sus madres y padres cuantas veces fuera necesario para que ninguno pierda esa hermosa oportunidad de aprender.
Llenaron las paredes de sus casas con carteles de colores, inventaron pizarrones, transformaron sus espacios privados en aulas especiales para que sus "televidentes" se sientan a gusto, integrados y bienvenidos en cada una de sus clases.
Han inventado formas de enseñar, de jugar y de comunicarse con ellos. Espantan sus miedos, los acompañan en sus angustias y hasta responden preguntas que aún no tienen respuesta.
Yo se que es mas trabajo para los papas con la educación a distancia, pero también veo el esfuerzo y paciencia que estas haciendo los maestros para enseñar de este modo. A mi hijo le costo un poco adaptarse pero ya se esta acostumbrando. pic.twitter.com/JvCPhqdbuJ
— Manco Gamer (@John_Remix) September 5, 2020
Son sus maestros, sus guías, sus compañías, sus escuchas permanentes. Están ahí, atentos a sus necesidades y a sus penas. Han aprendido solos y como pudieron a comunicarse con sus lenguajes y con sus términos de nuevas generaciones. Se han desafiado a ellos mismos para llegar a todos y a todas como sea.
Han comprado computadoras en cuotas para mejorar, han estudiado herramientas que nunca creyeron que iban a usar. Todo para poder enseñar de una forma inédita, para estar ahí junto a ellos como sea. ¡No dudaron nunca en aprender más para poder enseñar más!
Usaron la creatividad para entretener a sus clases, para que lo difícil fuera más fácil. Se disfrazaron, dibujaron, pintaron. Se grabaron cantando, bailando, tocando instrumentos, recitando, haciendo cuentas. Les compartieron saber sin egoísmos, sin timidez y despojados de todos los prejuicios. Se animaron a mucho más de lo que podían y hasta cruzaron los límites que alguna vez los detenían.
Fueron a fondo, para sostenerlos, para acompañarlos, para integrarlos. Les abrieron las puertas de sus casas para que sus mentes no se queden quietas y que sus emociones no los detengan. Cometieron errores y aprendieron de ellos tan rápido que ni se dieron cuenta. Le pusieron el cuerpo, la mente, el corazón y el alma a un tiempo que parece detenido y en pausa, para que ellos y ellas sientan que avanzan.
Tengo las ultimas semanas viendo a mis padres en cursos y juntas para aprender a usar las plataformas virtuales para sus clases.
— Lizeth Trujillo (@LizTrujillo24) August 29, 2020
Esta semana fue su primer semana dando clases virtuales en 30 años que tienen de maestros.
Y si se me llena el corazoncito de mucho orgullo y amor ���� pic.twitter.com/u65yVPH7lY
Le pusieron todo. Le pusieron normalidad a la anormalidad. Tranquilidad a la desesperación. Esperanza a la desesperanza. Le pusieron y le siguen poniendo todo. Por eso son imprescindibles, porque con su esfuerzo, sus ganas, su vocación y dedicación, hoy le dan todo a quienes más necesitan saber que esto pronto así como está se va a terminar, que habrá un futuro y que será mucho mejor que este presente.