Es urgente que el Ni Una Menos sea una realidad: las deudas que siguen pendientes
A 8 años de la primera movilización masiva hubo muchos cambios, menos en el índice de femicidios. La deuda que mantiene el Poder Judicial frente a una conciencia que está, pero nos siguen matando.
Se cumplen 8 años de aquella primera marcha de Ni Una Menos en las que miles de mujeres se movilizaron para decir "Basta a la violencia". Se atrevieron a hablar, supieron que no estaban solas.
Claro que en estos 8 años hubo muchos cambios desde lo social. Se dejó de "naturalizar" la violencia. Se dejó de ver como "problemas de pareja o privados" cuando una mujer es violentada. Se dejaron de usar algunos terminos y se comezaron a usar otros.
Dejó se ser un tema que quedaba entre cuatro paredes. Se supo que eran muchas las que padecían distintos tipos de agresiones. Los "chiste machistas" dejaron de ser graciosos.
Se supo que no era un problema de unas pocas y tampoco solo de las mujeres. Detrás de cada víctima hay una familia, amigos, compañeros de trabajo que sufren por ellas.
Se convirtió en un tema de agenda. Se dieron pasos en busca de lograr la igualdad. Claro que para eso falta mucho.
Pero hay algo que no cambió. La fría y dolorosa estadística de femicidios se mantiene. Y ahí donde el Estado está en deuda. La sociedad reaccionó dijo "basta", pero sola no puede.
La mayoría de las víctimas de femicidio no habían hecho la de denuncia. Lo que marca por un lado es la falta de información y de acceso a la Justicia que hay. Por oro lado como está planteado hoy el Poder Judicial es revictimizante y lento. Sin perspectiva de género.
Se les pide a la muejres que denuncien, pero eso implica ingresar a un sistema burocrático, revictimizante, donde las ayudas que se sopunen que están no llegan. Un sistema que es costoso por otra parte porque la asistencia gratuita no siempre está.
La falta de personal para tomar las denuncias, la poca contención que se encuentra.
Los jueces dictan medidas de restricción. La víctima sale de un juzgado con un papel que marca una perimitral. ¿Pero quién la protege? ¿El papel?
Se sabe también que los botones antipánico no son eficientes, muchas fueron asesinadas antes de llegar a activarlos. Por otro lado así la responsabilidad del cuidado está puesta en la víctima.
¿Cuándo se va a invertir para que halla suficientes tobilleras duales? . Este sistema le permite . a la víctima saber si el agresor se está acercando y pedir ayuda. Y le permite tener una vida más "normal" sin el pánico de que puede llegar a ella con facilidad.
Tenemos buenas leyes. ¿Por qué no se aplican de una vez?
La violencia no se termina porque una mujer hace la denuncia. Es ahí cuando se tienen que aplicar todas las herramientas del Estado para protegerla, para acompañarla, para que salir de ese círculo de agresión le permita llevar un vida mejor y no seguir padeciendo al agresor.
El femicidio es el último eslabón de la violencia de género, el que no tiene retorno y para que Ni Una Menos algín día sea real se necesita el compromiso de la sociedad y de los diferentes poderes del Estado, sobre todo el judicial.
A 8 años nos siguen matando de la misma manera. No se puede esperar más. Es urgente convertir el Ni Una Menos en una realidad y no solo en un eslogan.