Más allá de remanidas frases como "cambiar el sistema de elecciones es hacer trampa", el motivo del enfrentamiento dentro de Juntos por el Cambio (JxC) ante la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de hacer votar separadamente los cargos porteños de los nacionales está en quién se puede beneficiar y quién saldría perjudicado con esta metodología.

Parece haber coincidencia en que los precandidatos a presidente suelen "arrastrar" a los postulantes a jefe de gobierno porteño de sus mismas fuerzas. Por ello, en el caso del PRO, al separarse las categorías Jorge Macri no podrá contar con la "ayuda" de Patricia Bullrich o del propio Rodríguez Larreta, algo que entonces mejoraría las chances del radical Martín Lousteau en esa interna, ya que -según las encuestas- no lo traccionaba mucho la postulación presidencial de un correligionario, fuese Gerardo Morales o Facundo Manes.

Otro que se considera muy perjudicado es Ramiro Marra, el aspirante en CABA de La Libertad Avanza, que encabeza Javier Milei. Se estima que, como Marra es mucho menos conocido que Milei, despegarlo de la boleta presidencial de su jefe político y meterlo en una boleta única con todos los precandidatos de las distintas fuerzas es prácticamente borrarlo de la carrera.

Sin embargo, hay al menos dos razones para pensar que este cambio no tendrá demasiado impacto en el resultado. La primera es que el sistema de boleta única electrónica ya se usó en la ciudad en 2015, oportunidad en que Rodríguez Larreta se impuso ajustadamente a Lousteau en un balotaje. Es decir, ya se probó y la ciudadanía no tuvo mayores dificultades en usarlo, más allá de que esta vez también deberá votarse de forma separada y con boleta de papel para cargos nacionales.

El segundo argumento consiste en que el electorado porteño debe ser, proporcionalmente, el más politizado del país, dado que el gobierno nacional tiene su asiento en esta ciudad. No parece probable que alguien que quiera votar a Jorge Macri o a Ramiro Marra deje de hacerlo por el solo hecho de no encontrarlos en la boleta sábana de su precandidato preferido para la presidencia. No hay que subestimar a la gente.