Por Nico Kischner.

Argentina entró al Mundial Sub 20 por la ventana. Cuando tuvo que clasificar en el Sudamericano que se jugó en Colombia este verano, el equipo conducido por Javier Mascherano ni siquiera pudo ingresar al hexagonal final que dirimía a las cuatro selecciones que jugarían el torneo que alguna vez ganaron Diego Armando Maradona, Ramón Ángel Díaz, Juan Pablo Sorín, Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Javier Saviola, Lionel Messi, Sergio Agüero o Ángel Di María, entre otros.

Quedó afuera rápido, con más pena que gloria y con un DT que renunció y a quien tuvieron que convencer para que vuelva una vez que todo se encaminó de "manera mágica" a partir del castigo de la FIFA para Indonesia, país que había sido elegido para organizar el certamen y que lo perdió por las manifestaciones de grupos conservadores islámicos en Jakarta, su capital, en contra de la participación de Israel.

Rápido de reflejos, Claudio "Chiqui" Tapia, con el aval de Alejandro Domínguez, mandamás de la Conmebol, hizo lo posible para que la nueva sede sea Argentina, lo que conllevó en una automática clasificación de la Selección y en una tarea contrarreloj para que todo estuviera en condiciones para el debut de este sábado.

Algunos dirán que en un país donde el dólar pasó de verde a azul y dejó en rojo a más de uno, hay otros prioridades más allá de la "pelotita". Pero la "pelotita" no sólo despierta pasiones, sino que cuando se juega a nivel profesional es una fuente de negocios y la entidad madre del fútbol sabe como nadie que en la actualidad hay pocos lugares más atractivos para el afuera que la tierra de los campeones en el Mundial Qatar 2022

Se puso lo que había que poner para los retoques necesarios en algunos estadios, que debían cumplir con la condición de no estar siendo utilizados por equipos de Primera actualmente, y en poco más de un mes de trabajo se logró lo necesario para el puntapié inicial que se dará esta tarde con los cruces Nueva Zelanda-Guatemala (integrantes del mismo grupo que los de Mascherano y compañía) y Estados Unidos-Ecuador (de la zona B) y que tendrá como plato fuerte al choque de Argentina-Uzbekistán.

Si bien es cierto que un torneo juvenil no es lo mismo que uno de mayores, el hecho de jugarse en nuestro país le suma entusiasmo a un certamen que Argentina ya ganó en seis oportunidades: 1979, 1995, 1997, 2001, 2005 y 2007.

Cada logro tuvo, por cierto, sus particularidades. El de Japón de finales de los '70 fue la primera consagración de Maradona en un equipo que fue dirigido por César Luis Menotti, quien un año antes había comandado a la mayor en Argentina 78.

Luego fue el turno del comienzo de la era de Néstor Pekerman y del título en casa en 2001. Los dos últimos, en tanto, incluyeron la presentación en sociedad de Messi y del "Kun", único argentino en lograr dos títulos Sub-20.

Y si de campeones mundiales se trata, sólo cuatro jugadores de la Selección pudieron lograr primero el título en juveniles y luego el de mayores: Maradona ('79 y '86), Messi (2005 y 2022) y Alejandro "Papu" Goméz y Di María (2007 y 2022).

Juan Simón y Gabriel Calderón, por un lado, y Maxi Rodríguez, Ezequiel Garay, Lucas Biglia, Fernando Gago, Pablo Zabaleta, Sergio Romero y Agüero, por el otro, estuvieron a un paso de sumarse con los subtítulos mundialistas en Italia '90 y Brasil 2014, respectivamente.


Con Alejandro Garnacho, el español que eligió a la Argentina y que es unas de las grandes promesas del fútbol mundial, afuera porque no lo dejó viajar el Manchester United, la apuesta local pasa por el mix entre los otros "europibes" como Matías Soulé, Máximo Perrone o Valentín Carboni y los futbolistas que juegan aquí como Valentín Barco, su tocayo Gómez, Federico Redondo o Agustín Giay, el lateral que será capitán del equipo. 

Y así como desde el segundo partido de Qatar 2022 (porque en el primero nos dormimos) estas columnas culminaban con una suerte de mantra en modo cábala, el módelo Argentina 2023 irá por el mismo camino con el claro objetivo de que el fútbol, una vez más, brinde un poco de aire fresco ante tanta crisis. ¡Vamos Argentina carajo! 

Por N.K.