Son muchas las personas que sueñan con ganar un premio de lotería alguna vez en la vida. Al respecto, se conocen constantemente diferentes historias, tanto buenas como desagradables: en este caso, un padre y su hijo resultaron afortunados en varias oportunidades pero por un completo fraude.

Con el objetivo de enriquecerse de manera masiva, elaboraron un plan y cobraron 14 mil boletos en un período de diez años, es decir, durante todo ese largo tiempo nadie notó las acciones llevadas a cabo por estos dos hombres. Sin embargo, tuvo un final.

Aunque el sistema parecía perfecto, en 2019 comenzaron las sospechas. Incluso, se comprobó que había (por lo menos) una persona más directamente involucrada, algo que sirvió para determinar los delitos cometidos por quienes actuaban perversamente en conjunto.

Cómo hicieron los hombres para cometer fraude y ganar 14 mil veces la lotería

Ali Jaafar, de 63 años, y su hijo Yousef Jaafar, de 29, fueron los principales responsables. Ambos vivían en la ciudad de Watertown, en el estado de Massachusetts (Estados Unidos) y fueron enviados a prisión por ejecutar un impresionante plan para cobrar la plata de un montón de boletas de lotería.

Ali Jaafar, el principal estafador.
Ali Jaafar, el principal estafador.

Todo fue diseñado principalmente para enriquecerse, pero también para ayudar a los ganadores a evitar el pago de impuestos sobre sus ganancias inesperadas. La estafa comenzó en 2011 y terminó oficialmente en 2020, año en el que se corroboró el blanqueamiento de más de 20 millones de dólares en ganancias (unos 12.000.000.000 de pesos argentinos).

Por supuesto que, en sus declaraciones de impuestos, mintieron. Según la fiscalía involucrada, compraron tickets premiados a un precio inferior al habitual a personas que querían evitar ser identificadas por la "Comisión estatal de Loterías", la cual suele retener los aranceles y las pensiones alimenticias pendientes antes del pago.

Yousef Jaafar, el hijo de Ali, estaba involucrado.
Yousef Jaafar, el hijo de Ali, estaba involucrado.

Si bien declararon las ganancias, también expusieron pérdidas falsas equivalentes en compensación para eludir los impuestos federales. Mohamed, otro hijo de Ali, fue el tercer involucrado: aún está a la espera de su sentencia porque se declaró culpable de conspiración.

Ali se posicionó como el principal cambiador de boletos ganadores individuales del estado en cuestión, algo que ayudó al descubrimiento del fraude. Ante las sospechas, la Comisión de Lotería de la región trabajó hasta que resolvió el caso y pudieron detenerlos. Además, se cree que contaban con una amplia red de cómplices.

Por las "repetidas mentiras que les dieron a los funcionarios de gobierno", no fueron descubiertos. Los especialistas lamentaron que "usaran sus habilidades y conocimientos comerciales para emprender un fraude millonario, en lugar de construir una empresa legítima".