Catherine Boone, llamda Cathy por sus amigos, murió a los 49 años de complicaciones respiratorias. Luego de un tiempo entre refugios para gente sin hogar y las calles de la ciudad de Astoria, la mujer falleció sin siquiera enterarse de la herencia de $884.407 dólares que el estado de Óregon le guardaba.

Simplemente no tiene ningún sentido para mí. Ese dinero estaba ahí, y ella necesitaba ayuda“, dijo Jack Spithill, el padre de Boone, a medios locales. Sobre la situación de calle que enfrentaba la mujer, el familiar comentó: "Lo atribuyo casi todo a las drogas, pero creo que ella también tenía algunos problemas de salud mental y la combinación de ambos no le funcionó muy bien".

Criada en la ciudad de Portland, los padres de Cathy se separaron cuando ella era joven. Su madre, Patricia Lupton, falleció en 2016; el padre de la mujer señala este como el punto de quiebre que llevó a su hija a las drogas. En su duelo, Cathy nunca se enteró de la pequeña fortuna que su madre le había heredado.

Registros de la corte de Óregon relatan que, tras la muerte de su madre, un abogado y un representante personal fueron desplegados para localizarla. Intentaron dar con Cathy mediante diferentes métodos, de anuncios en el diario y llamadas a su teléfono a mensajes en Facebook, pero nunca la encontraron.

Tras la búsqueda fallida, que también involucró a un investigador privado, el condado de Clatsop ordenó derivar la fortuna al Departamento de Tierras del Estado. El organismo, que maneja las herencias no reclamadas o rechazadas por los herederos, recibió los activos en julio de 2019, seis meses antes de la muerte de Cathy.

No creo que ella se acercaría a ellos por su cuenta, pero había suficientes personas que podrían haberle brindado algo de ayuda”, afirmó el padre de la mujer, que también reconoció sus propias faltas en la historia. “Creo que tuvo que ver mi incapacidad para reconocer sus problemas de salud mental", comentó a medios locales en lágimas: "Me di por vencido con ella debido a las drogas y no debería haberlo hecho".

Catherine y su padre, Jack.

"No somos estadísticas, acá hay buena gente"

Según la Alianza Nacional para Terminar con la Indigencia, en enero del 2019 más de 500 mil personas se encontraban en situación de calle en los Estados Unidos, 15,876 de ellas en el estado de Óregon. Una de esas personas era Catherine Boone.

Cathy se alojaba frecuentemente en el Astoria Warming Shelter, una de las instituciones para asistir a las personas sin techo que, en los últimos cinco años, se vieron reducidas un 9%. "Tuvo una vida difícil", reconoció su padre, "pero cuando era buena, era realmente buena".

Algunos de los visitantes del refugio temporal hablaron con medios locales sobre Cathy, resaltando que hacía el esfuerzo de cambiarse a sus pijamas a la hora de dormir, algo que no todos hacían. "Todos tenemos nuestros momentos, pero la mayoría del tiempo ella tuvo mas sonrisas que llantos", recordó Glen Lonquist, amigo de Boone.

Catherine Boone, en una fotografía compartida por su padre Jack Spithill.

Donny Holder, quien solía compartir cigarrillos y café con Cathy, aún lleva fotos de ella en el bolsillo de su abrigo, envueltas en una bolsa ziploc para protegerlas. “Ella era una persona especial en lo que a mí respecta. Me enamoré de ella".

La historia de Cathy, para muchos de sus allegados, refleja los desafíos que enfrentan las personas sin hogar que luchan con su salud mental. "No somos estadísticas", dijo Johnathan Kvale, un amigo de Boone que pasó por la indigencia, "acá hay buena gente. Son tan solo circumstancias". 

"Dede haber más ahí afuera- más gente como ella", declaró el padre de Cathy.

El destino de la fortuna

Luego de la muerte de Catherine Boone, quien sucumbió a problemas respiratorios en el hospital St. Vincent de Portland, el destino de los casi $900.000 dólares continúa indefinido.

A fines del año pasado, el Departamento de Tierras del Estado de Oregon contrató con 10% de la fortuna, unos $884 dólares, a un guardador legal de la herencia de Cathy. El organismo no es responsable de buscar a los posibles herederos, pero registros judiciales informan que están trabajando para identificar a todas las personas que podrían tener reclamos por el dinero, incluidos sus dos hijos biológicos.

Dado un año y medio de esfuerzo realizado por el representante personal y el abogado de esta propiedad en particular, realmente no hay mucho más que el estado pueda hacer”, explicó Claudia Ciobanu, administradora de propiedades no reclamadas de Oregon State Lands.