Un escalofriante caso de filicidio salió a la luz en las últimas horas. Una mujer de 32 años ahogó a su hijo de dos en una bañera de su casa y reconoció que lo hizo porque el nene "estaba poseído por demonios". La madre le confesó a uno de los efectivos que tenía que  protegerlo enviándolo al cielo”.

El hecho sucedió en Bridgend, Gales del Sur, en Reino Unido. Una mujer estaba bañando a su hijo en una bañera en su hogar. Mientras trataba de distraerlo con unos juegos en el agua, lo sumergió hasta causarle la muerte, según confirmaron fuentes policiales del caso. 

El crimen ocurrió en agosto del 2021. La madre, de la cual no fue revelado su identidad, se justificó diciendo que ahogó a su hijo porque el chico “estaba poseído por demonios. según informó el medio DailyMail.

La madre aseguró que debía hacer un "sacrificio", para proteger a su hijo.

Luego de su accionar, la joven bajó las escaleras de su casa y le avisó a su madre -abuela del pequeño-: “Será mejor que subas”. En ese momento, la abuela al ingresar al baño se encontró con la terrible escena e inmediatamente llamó a la policía para informar sobre lo sucedido. 

A pesar de haber confesado el crimen, la mujer negó haber ahogado a su hijo ante el juez de la causa, pero admitió un “homicidio involuntario por responsabilidad disminuida” luego de que dos psiquiatras forenses constaten que tenía una enfermedad mental cuando mató al menor de dos años.

En tanto, uno de los efectivos que arribó a la casa familiar tras lo sucedido, contó que la propia mujer le confesó que cometió el terrible suceso porque “necesitaba protegerlo" de los demonios "enviándolo al cielo.

Por su parte, el fiscal Michael Jones QC indicó que la madre se había comportado de “manera extraña” en los días previos al asesinato de su hijo. La abuela describió a la mujer como una “madre devota”, que siempre estaba al cuidado del nene. Sin embargo, unos días previos al crimen, afirmó que había estado “viendo luces” y mencionaba que “los demonios son oscuros y reales.

Según la investigación policial, la noche anterior a la muerte del niño, la acusada asistió a un campamento con su iglesia en New Quay, al oeste de Gales. Tras esto, pidió que la bautizaran a ella cuanto antes e incluso habló con sus amigos de que tenía que “hacer un sacrificio”. Luego de la muerte de su hijo, alcanzó a decir fue “lo hice”.