Desde hace más de tres meses, activistas de Black Lives Matter (Las vidas negras importan) se vienen manisfestando contra el racismo. El pasado sábado en Portland,  se encontraron con una caravana de simpatizantes del presidente Donald Trump quien había viajado a la ciudad de Oregon, lo que provocó un enfrentamiento, desató el caos y terminó con un muerto.


En un clima de persistente violencia, el presidente Trump atacó a los manifestantes antirracistas, calificándolos de "vergonzosos anarquistas". Además, acusó a la posición demócrata, que gobierna tanto el estado como la ciudad, de "no tener idea" de lo que está pasando y les exigió que llamen a la Guardia Nacional.

"La Guardia Nacional está lista, dispuesta y con capacidad. ¡Todo lo que la gobernadora debe hacer es llamarla!", tuiteó desde su cuenta oficial de la red social Twitter y luego agregó. "Vergonzosos anarquistas. Los vemos muy claro, pero estúpidamente están siendo protegidos por la izquierda radical demócrata."


El mandatario calificó como "grandes patriotas" a sus simpatizantes que llegaron este sábado en una extensa caravana de autos alzando banderas de Estados Unidos y de la campaña de reelección de Trump,  a una de las ciudades más convulsionadas del país por los constantes reclamos contra el racismo y la brutalidad policial cometida en los últimos meses.

Los simpatizantes del mandatario respondieron a llamados de la campaña de Trump y organizaciones que él apoya para recuperar el control de las ciudades del país, especialmente en ciudades como Portland donde las autoridades han decidido no llamar a la Guardia Nacional y militarizar por completo las calles para prohibir totalmente las protestas.

Trump  en su larga lista de posteos que viene realizando no mencionó en ningún momento al hombre muerto anunciado esta madrugada por la Policía de Portland.

Según el comunicado de la fuerza de seguridad, la caravana pro Trump se mantuvo en la zona centríca donde se concentraron los choques violentos con los manifestantes de Black Lives Matter hasta las 20.30 del sábado, hora local.

Varios disparos se escucharon en esa zona 16 minutos después y, cuando la Policía llegó, un hombre ya estaba muerto.


Desde la fuerza policial local no aclararon si el fallecido era un manifestante o un simpatizante del mandatario. Tampoco detallaron en la información cómo o quién lo mató, expresaron desde el canal CNN.

Durante la Convención Nacional Republicana que esta semana nominó a Trump como candidato a la reelección en medio de discursos belicosos y agresivos contra las protestas antirracistas en el país, un joven blanco, simpatizante del presidente y fuertemente armado irrumpió en las protestas de Wisconsin y mató a dos personas, pese a la presencia policial que intervino en el lugar pero no detuvo al agresor. 

El joven fue detenido recién al día siguiente. Desde la Convención Nacional Republicana no hicieron ningún anuncio ni emitieron un rechazo al ataque.

Los médicos asisten al hombre baleado durante la manifestación en Portland contra el racismo. 



Las protestas en Kenosha, Wisconsin, estallaron luego de que, el domingo pasado, un policía blanco le disparara siete tiros por la espalda a Jacob Blake dentro de su auto. El hombre negro que se veía desarmado, junto a él estaba su pareja y sus tres hijos chicos,  fue acribillado a plena luz del día y el video fue viralizado inmediatamente. 

En este contexto y en plena campaña presidencial, Trump anunció en las últimas horas que el martes próximo viajará a Kenosha.

"El presidente irá a Kenosha, Wisconsin, el martes. Se reunirá con las fuerzas del orden y examinará los daños de los recientes disturbios", informó el vocero de la Casa Blanca, Judd Deere, a la cadena CNN, sin hacer mención a Blake y su familia.

El sindicato de la Policía de Kenosha acusa al abogado de los Blake de mentir sobre lo que pasó y sostienen que el joven de 29 años tenía un cuchillo dentro del auto.

El padre del joven, en tanto, denunció esta semana que la Policía mantuvo esposado a la cama a su hijo durante días en el hospital, pese a que quedó parapléjico por los disparos y nunca fue acusado formalmente de ningún delito.