La salsa picante es muy popular alrededor del mundo, ya que cumple muy bien su función: picar. Precisamente, genera una extraña sensación tanto en la boca como en el esófago, dependiendo del grado de fiereza que tenga. Sin embargo, recientemente un experimento reveló un impensado efecto, hasta el momento desconocido.

Resulta que el usuario de TikTok conocido como “Biología desde Cero”, se animó a probar qué sucedería si le agregamos unas gotitas de este aderezo a un grupo de espermatozoides.

“Me pidieron hacer al experimento muchas veces, así que pongámoslo a prueba. Recordemos que la sensación de picazón que tenemos cuando probamos esta salsa, está causada por un compuesto químico llamado capsaicina. Si bien esto de por sí no es espermicida, la mayoría de las salsas picantes son bastante ácidas. Así que vamos a ver si la acidez es capaz de matar los espermatozoides”, comenzó el video.

El increíble experimento que mezcló salsa picante y espermatozoides

Al agregar una pequeña cantidad de salsa, el usuario se fijó en el estetoscopio y lo que vio fue a los espermatozoides literalmente “correr” despavoridos.

A su vez, cuando directamente agregó una cantidad un poco mayor, el efecto fue fulminante. “Como podemos ver, acaba de ocurrir una masacre. Efectivamente, podemos decir, que la salsa picante en altas concentraciones, es un potencial espermicida”, sentenció.

Este video fue furor en dicha red social, donde amasó casi 2 millones de reproducciones, 205.000 “me gusta” y otros miles de comentarios.

¿Dónde se inventó la salsa picante?

Hay pocas dudas de que la más popular es la bautizada como “Tabasco”. A pesar de que se consuma mucho en México, algunos podrían afirmar que, en cantidades industriales, lo cierto es que nació en los Estos Unidos.

Llegó al mundo en 1868, cuando, según La Vanguardia, Edmund McIlhenny había plantado en las tierras pantanosas de la isla Avery, propiedad de su suegro, un puñado de chiles que alguien le había regalado”.

“McIlhenny recogió los pequeños chiles en forma de lanza que mostraban un color rojo vivaz y preparó un aderezo con sal y vinagre que encerró en pequeñas botellas de cristal con el cuello larguirucho, para que fueran pocas las gotas que cayeran con cada sacudida, pues el brebaje era muy potente”, agregaron.

“La historia oficial dice que los amigos de McIlhenny, que recurrentemente recibían botellitas de regalo con la salsa, entusiasmados por el sabor que añadía a sus platos, animaron al empresario a que la comercializara y abandonara la producción estricta para consumo familiar”, sentenciaron.