Una trágica historia se viralizó en los últimos días. Una joven de 17 años se fue de vacaciones y al volver comenzó a tener un fuerte dolor de garganta. Tras varios estudios, los médicos le informaron que padecía linfohistiocitosis hemofagocítica, un trastorno de inmunodeficiencia en el que el cuerpo no puede combatir las infecciones como debería.

La protagonista de este caso es Leah Rogers. Esta joven, oriunda de Gales, decidió realizar un viaje junto a su hermana mayor y sus amigas a Mallorca antes de comenzar a formarse como enfermera de cuidados intensivos.

Luego de las vacaciones que pasó en España, Leah les contó a sus padres que se divirtió en el viaje y la pasó muy bien junto a su grupo de amigas, aunque al regresar a su casa empezó a sentir un dolor en su garganta, algo que no podía ocultarlo.

La molestia continuó por unos días y esto fue determinante para que sus padres la llevaran al médico, donde le recetaron una serie de medicamentos. No obstante, pasaron dos semanas y su situación sólo empeoró. “Llegó al punto en que accidentalmente tuvo una sobredosis de paracetamol porque ingería demasiados analgésicos”, aseguró Kath, la madre de Leah, en diálogo con WalesOnline.

Al notar que su condición no mejoraba, los médicos le recetaron un tratamiento diferente con antibióticos. “Es como si todo eso tuviera que suceder”, explicó Kath cuando regresaron juntas al hospital para que le dieran otra receta.

Y agregó: “Pensábamos que finalmente veríamos una mejoría, así que nos sentimos un poco más tranquilos. Pero el martes empezó a sentir dolor en el abdomen. Cuando los médicos vinieron a verla inmediatamente le dijeron que tenía fiebre glandular”.

Los seres queridos de Leah realizaron una emotiva ceremonia para despedirla (Imagen WalesOnline).

La joven llegó a un punto que el dolor de garganta no podía comer y beber con normalidad. Es por eso que los médicos acordaron que tan pronto como pudiera hacerlo podría regresar a su casa, pero comenzó a sufrir un fuerte dolor cerca de su hígado y los médicos llevaron a la joven a hacerle análisis de sangre.

Tras esos estudios, a Leah le diagnosticaron linfohistiocitosis hemofagocítica, un trastorno de inmunodeficiencia en el que el cuerpo no puede combatir las infecciones como debería. “Básicamente, no había más tratamiento que pudieran hacerle. Hice arreglos para que alguien se encargara de mis otros hijos porque no sabíamos cuánto tiempo le quedaba, pero sí que no era mucho”, señaló Kath.

Leah murió cuando le faltaban a pocos meses de cumplir 18 años. En tanto, Kath indicó que su hija recibió una buena atención médica antes de que la familia conociera la gravedad de la situación. “En realidad, todo sucedió muy rápido. Fue absolutamente devastador. Desde entonces regresamos e hice arreglos para ir a ver al consultor en el hospital de Bridgend. Nunca esperas perder a tu hijo. Es lo más difícil que existe. No sé si alguna vez lo superaremos. Es lo peor que puedas imaginar. Simplemente hemos tenido que aprender a vivir con esto lo mejor que podemos”, sentenció la mujer.