Roberto Richard Ramírez Caycho, es un joven de 18 años, que a su corta edad se convirtió en asesino por matar a su amigo luego de descubrir que este le hizo tocamientos indebidos a su hermano de 15 años en Lurín, Perú.

“Lo amarré con cadena en una silla, le corté el cuello, quemé su cadáver y enterré sus restos en el cerro Centinela”, confesó el acusado ante los detectives de la División de Investigación de Homicidios. Ramírez Caycho fue detenido junto a otros dos cómplices que lo ayudaron a deshacerse del cuerpo del delito, según consignó el medio "El Bocón".

Según la confesión del detenido, el 27 de diciembre pasado, se reunió en su casa con Kevin Oswaldo Corro Aburto (28) donde bebieron licor. Luego Ramírez le quitó su celular y descubrió un video en el que se ve a Corro que le hace tocamientos indebidos al hermano de Ramírez, de 15 años.

"Le pido que me preste su celular y encuentro videos donde le hace tocamientos indebidos a mi hermano de 15 años, vi que lo tocaba y me dio un montón de cólera”, contó el presunto asesino a la Policía.

Además, en el marco de su declaración, el joven narró que ató de las manos a Corro con un cable, lo sentó en una silla y lo amarró a esta. Acto seguido, le hizo un corte profundo en el cuello que le provocó la muerte.

Roberto Richard Ramírez Caycho, principal acusado.

Luego quemó el cadáver y poco a poco trasladó los restos al cerro Centinela, cerca de su casa, en Lurín, y lo enterró en diferentes lugares.

La familia de Kevin Oswaldo Corro Aburto denunció su desaparición el 27 de diciembre y desde entonces lo buscaron inscansablemente.

Los detectives de la unidad especializada, con ayuda de la Unidad Canina PNP, ubicaron los restos humanos quemados en el referido cerro. También se encontró el cable y una prenda de vestir de la víctima.

La Policía también detuvo a Laydy Caycho Zambrano (39), un menor de 16 años y al venezolano Manuel José Navarro como presuntos cómplices del homicidio. A este último se le halló en su poder el celular de la víctima.

El cable con el que el homicida confeso que amarró las manos de su víctima (Gentileza El Bocón).