El ataque del grupo Hamás contra Israel, que ya se cobró al menos 900 víctimas, entre ellos cuatro argentinos, fue “el peor” que les tocó vivir a Miriam Diener y Paola Lloel, dos argentinas radicadas en ese país, donde el domingo pasado se declaró el estado de guerra.

“Entraron en las casas, las quemaron, quemaron los autos, secuestraron gente, se los llevaron a La Franja de Gaza. Hubo asesinatos masivos en todos los kibutz de la zona”, cuenta horrorizada Miriam a cronica.com.ar.

El poblado de Nirim, donde vive y trabaja como paisajista, fue uno de los epicentros de la violencia terrorista registrada el sábado último. Ella fue una de las afortunadas que pudo escapar del lugar y brindó detalles de lo que se vivió durante el ataque inicial de los soldados de Hamás en territorio israelí.

“El viernes habíamos celebrado el 67 aniversario de la fundación del kibutz. Nos despertamos el sábado a las seis y media de la mañana con un bombardeo masivo, muy fuerte”, comienza a relatar Miriam, quien hace más de 30 años se mudó a Israel.

“Nos encerramos en las habitaciones de seguridad y escuchábamos las voces de los terroristas, los tiros que no paraban. No hubo advertencia, es la primera vez que estamos totalmente desinformados, nadie se lo esperaba”, explica la mujer.

Todos los hogares en Israel están obligados por ley a tener refugios antiaéreos, y también hay refugios antiaéreos en lugares públicos. Por vivir en la frontera con la Franja de Gaza, Miriam cuenta con una pieza de seguridad en su casa: “Son espacios de 2,5 x 3 metros, con puerta y ventana blindada de hierro y paredes de 30 centímetros con doble cemento, capaces de resistir los bombardeos, el Estado nos ayuda a poder construirlas”.

Cuando comenzó el ataque, el gobierno israelí insto a los civiles que residen en las cercanías de la frontera a que permanezcan en refugios. Pero los vecinos afirmaron que los soldados de Hamás estaban tratando de ingresar en las casas.

Evacuación de uno de los poblados cercanos a la Franja de Gaza.

Entraron a matar a sangre fría. Eran cuerpos comando. Entraron en avalancha a todos los poblados, estaba todo coordinado, bien pensado”, cuenta Miriam. “A las bombas estamos acostumbrados, sabemos cómo actuar, pero a esto no”, asegura.

Mientras la mujer dialoga con Crónica, el noticiero israelí confirma la última cifra de asesinados: “Más de 900 víctimas y 2.200 heridos”. “De los secuestrados todavía no se sabe cuántos son. En nuestro kibutz son cuatro personas, una pareja de jóvenes, una señora de unos 77 años y su hijo están desaparecidos, se dice que los llevaron a la Franja”, detalla.

“Había casas sin luz y sin agua, casas con chicos con bebés. El ejército llegó muy tarde a ayudarnos, estábamos solos. Esta gente es peor que los animales, no tienen códigos de guerra, mataron salvajemente, entraron a una casa donde vive una familia con tres chicos y los acribillaron”, cuenta angustiada.

Horas después del primer ataque, Miriam pudo salir de su casa una vez que arribó el ejército israelí. “Llegaron con ómnibus para trasladarnos, eran al menos cuatro vehículos con lugar para 50 personas cada uno. De casualidad mi auto quedó intacto y pude usarlo, todos los que no tenían su auto quemado pudieron salir manejando, escoltados por los soldados. Pero todavía hay gente allá, ancianos, personas con dificultades físicas”, explica la argentina radicada en Israel.

El ejército israelí continúa evacuando gente de los kibutz cercanos a la zona de conflicto.

Ahora está junto a sus vecinos en un hotel de la ciudad de Eilat, donde deben permanecer hasta que la situación sea controlada por las autoridades. “Somos refugiados de guerra. No nos podemos mover, no tenemos planes. Estamos todos muy doloridos y angustiados, pertenecemos a un poblado chico, donde te conoces con todos. Perdimos a mucha gente. Es un horror, señala a Crónica.

Todo Israel en “estado de alarma”

El inédito ataque masivo sobre varias zonas de Israel fue seguido de una durísima contraofensiva por parte del primer ministro Benjamín Netanyahu que incluyó oleadas de ataque aéreos en la Franja de Gaza que persisten hasta este lunes.

En las ciudades donde no se registraron bombardeos de Hamás, se vive en un constante estado de alarma. Los colegios cancelaron las clases hasta nuevo aviso, la mayoría de los comercios permanecen cerrados y los pocos supermercados que están abiertos cuentan con poca mercadería en las góndolas.

“La gente está muy alarmada, cualquier ruido fuera de lo normal nos pone nerviosos. Como no estamos tan cerca de la zona de conflicto no estamos acostumbrados a esto, no así. Están todos con mucho miedo, no le abren la puerta a nadie, estamos todo el tiempo mirando qué pasa, nos dijeron que nos quedemos en casa y cerremos todo”, relata Paola Lloel, una correntina que vive en Ramat Gan, una ciudad cercana a Tel Aviv.

“Estoy lejos de la zona de bombardeos, a unos 80 kilómetros, pero cuando comenzó el ataque de los terroristas nos dijeron que no podíamos salir. Las alarmas sonaron como 5 o 6 veces, acá nunca suenan, advierte la mujer que vive en Israel hace 23 años.

Los chicos no están yendo a la escuela en todo el país, eso no pasó nunca. Es la peor situación que me tocó atravesar desde que vivo aquí, confiesa.

La cantidad de muertos que hay es terrible, la mayoría son de uno de los kibutz del sur que está lleno de argentinos, es un desastre lo que está pasando”, afirma Paola.

Este lunes fue el primer día que pudo salir a la calle para abastecerse de alimentos y otros elementos básicos. “Por suerte el supermercado estaba abierto, pero las estanterías estaban vacías, la gente se llevó todo, me llamó mucho la atención”, cuenta. “Vemos muchos policías, hay muchos controles. E nuestra zona hay varias construcciones nuevas y la mayoría de los albañiles son de Gaza y no los dejan entrar”, añade.

Una familia refugiada en una habitación de seguridad.

Su marido trabaja en una fábrica cercana a la zona del conflicto, una situación que la preocupa pese a que las autoridades “aseguran que la situación ya fue resuelta, aunque quedan algunos terroristas que todavía no pudieron encontrar”.

Víctimas argentinas del ataque

En las últimas horas se confirmó que son cuatro los argentinos fallecidos en Israel a causa de los ataques del Hamás: Rodolfo Fabián Skariszewski, Abi Korin, Silvia Mikanosky Mirensky y Ronit Rudman Sultan, mientras que aún se encuentran desaparecidos los hermanos Iair y Eitan Horn, hijos del periodista Itzik Horn.

Esta mañana el canciller Santiago Cafiero confirmó que hasta el momento 235 argentinos se inscribieron en el registro de evacuación que está elaborando el Consulado en Tel Aviv. Para registrarse se debe enviar un mail a [email protected] con los datos personales.

“Desde el día sábado estamos en permanente contacto con nuestra embajada, con el consulado general y el gobierno israelí para localizar a los argentinos, asistirlos o brindarles información, según la situación en la que se encuentren”, comunicó Cafiero a través de la red social X (ex Twitter).

Asimismo, informó que el Consulado argentino en Tel Aviv tiene disponible un teléfono de guardia para emergencias: + 972 52 597 8359.