Respecto a la situación crítica que atraviesa la capital de Uruguay, Montevideo, por la escasez de agua potable para la población, el ex presidente José "Pepe" Mujica adjudicó la "responsabilidad" de todos los mandatarios que pasaron por el poder, señalando que "nos dormimos todos" por la falta de proyectos.

Ante la prensa, el ex mandatario con mandato cumplido en el período 2010-2015 señaló que "se me van a enojar, pero nos dormimos todos", en referencia a los gobernantes uruguayos que esquivaron la realización de obras hídricas por motivo del "déficit fiscal" y que ahora las zonas de Montevideo, Canelones y San José corren riesgo de desabastecimiento.

"Compartamos responsabilidad", dijo Mujica, a lo que justificó la falta de compromiso de los mandatarios: "Ay, el bendito déficit fiscal. Estaba el proyecto pronto, estaba la financiación, pero hacía saltar el déficit fiscal. Podríamos haber hecho a tiempo Casupá".

Uruguay atraviesa una fuerte sequía.

Para contextualizar, días atrás la Junta Departamental de Florida pidió el urgente "apoyo de todo el sistema político" para llevar adelante la represa en el arroyo Casupá, una obra considerada "necesaria" para obtener una nueva reserva de agua potable.

"Todo lo de apuro es más costoso", lanzó Mujica. Sin embargo, aclaró que "ahora tenemos que apurar esto que debimos haber hecho antes" con el presupuesto en mano, pero que la obra se canceló a último momento.

“Roguemos con que la empresa de caños de Río de Janeiro cumpla con lo que tiene que cumplir, porque no tenemos otra alternativa", sostuvo el ex mandatario porque no pueden ser transportadas desde Europa por una cuestión de urgencia. Respecto al consumo de agua de la población, dijo que es "una enseñanza para el hogar y el futuro" y que "tendremos que educarnos y usar el agua racionalmente" puesto que estarán "en problemas".

Alerta en Uruguay: el detrás de la falta de agua potable

Para conocer el trasfondo del problema en Montevideo y alrededores, hay que remontarse al año 2020 sobre el período final del gobierno de Tabaré Vázquez, cuando se presentó el proyecto de la construcción del arroyo Casupá, con una financiación de 80 millones de dólares prestado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

Sin embargo, en la actualidad y bajo el mandato de Luis Lacalle Pou, se priorizó la construcción de una planta en la playa de Arazatí en San José, y de esta manera adquirir el líquido del Río de La Plata y que represente una fuente alternativa para la capital uruguaya y zonas de alrededores. Hoy en día solo se depende del agua que proviene de la cuenca del río Santa Lucía.

Para controlar la situación, el Gobierno uruguayo anunció las obras que consisten en el trasvase de agua del río San José al río Santa Lucía y así mantener el nivel de agua dulce que llega al área metropolitana.

“Por ahora sigue siendo bebible”, afirmó Lacalle Pou, asegurando que se avisará con tiempo cuando la situación cambie y los niveles de sodio y cloruros —elevados por la imposibilidad de mezclar el agua del Río de La Plata (salada) con la del río Santa Lucía (dulce) por el agotamiento de esta última fuente— no permitan seguir consumiendo el agua distribuida por la Administración Nacional de Obras Sanitarias del Estado (OSE).