Por Francisco Nutti
@FranNutti

El brutal exterminio que el coronavirus ha provocado en Brasil, con más de 300.000 decesos (algunos expertos aseguran que pronto llegará a los 400.000), sorprende y atemoriza al mundo. Mientras el presidente Jair Bolsonaro insiste en su negativa a implementar una cuarentena a nivel nacional, el sistema sanitario está casi colapsado y miles de personas deben cavar tumbas para enterrar a sus propios familiares.

Consultado por Crónica, el abogado y analista internacional Juan Francisco Venturino explicó que “la situación es tan grave que se transformó en la preocupación no sólo de la región, sino del planeta”.

“Bolsonaro se convirtió en el modelo a no seguir, hizo todo lo que no había que hacer. El 70% de los brasileños cree que él es el principal culpable”, afirmó y detalló que " Brasil tuvo una inmensa cantidad demográfica y una cultura que no respetó las distancias ni las normas”.

La bandera de Brasil decora las tumbas de los fallecidos por coronavirus. 

La circulación masiva de la variante brasileña (la mutación del virus SARS-CoV-2 que surgió en el Amazonas y demostró ser mucho más virulenta), está en el centro de esta nueva oleada. Tras su detección en la ciudad de Manaos a finales de 2020, muchos países cerraron el paso por aire y tierra a viajeros provenientes de Brasil en un intento por frenarla. Aunque la rápida reacción colectiva resultó ser en vano porque tres meses más tarde, la variante fue identificada en 32 naciones, entre las que resalta Argentina.

Por otro lado, Venturino precisó que a Brasil todavía no le llegó lo peor. “La nueva cepa que circula sorprendió a todos porque es más virulenta y este virus sigue mutando, tienen mayor capacidad de contagiar y eso enciende las alarmas y preocupa aún más. Por eso, no creo que haya llegado todavía lo peor. De hecho, ya está transitando una muy mala situación porque está prácticamente muy cercana al colapso sanitario”.

Las fiestas clandestinas han provocado contagios masivos. 

El recrudecimiento de la pandemia en Brasil con récord de muertos y el sistema de salud al límite, o directamente colapsado en algunos estados, pone en jaque a todos los países de la región y amenaza al resto de la población mundial.

“Lamentablemente, la terrible situación de Brasil también está afectando a los países vecinos”, dijo Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

En San Pablo, donde fallecieron más de 400 personas en un día, la gravedad es tal que en el cementerio más grande de Latinoamérica, Villa Formosa, hacen filas de hasta cuatro horas para enterrar a los muertos. Incluso, fueron contratados 150 sepultureros para agilizar el cavado de las fosas.

Argentina, en riesgo

De acuerdo con Venturino, “que no hayan hecho ningún control por supuesto que puede afectar a la Argentina y también al resto de países con los que tiene fronteras porosas, ya que la probabilidad de que sean cruzadas por ciudadanos es muy alta.

Recientemente, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, bajo presión por el agravamiento de la pandemia de coronavirus en el país, anunció la creación de un comité de crisis, esbozando un cambio de rumbo ante una tragedia que con frecuencia buscó minimizar.

El mandatario ultraderechista informó de esa iniciativa tras reunirse en Brasilia con representantes de los demás poderes y con un grupo de gobernadores, al día siguiente de que Brasil registrara por primera vez más de 3.000 muertos por coronavirus en 24 horas. Los próximos días serán claves para saber si el sistema de salud finalmente estallará.