Durante el mes de febrero, la variante Ómicron de coronavirus se transformó en la cepa que mayor preocupación genera en el mundo por su predominio, la cual comenzó a propagarse en noviembre del año pasado desde Sudafrica.

Con el surgimiento de Ómicron, surgiría en primera instancia la subvariante BA.1, se extendió rápidamente por todo el mundo y ha superado a otras variantes como Delta.

Sin embargo, a partir de este mes, otra variante de Ómicron, el linaje BA.2, se ha detectado en varios países, como Dinamarca y el Reino Unido, y ha mostrado ser más transmisible que las subvariantes predecesoras.

Los investigadores, que incluyen colegas del Instituto de Ciencias Médicas de la Universidad de Tokio, indicaron que BA.2 tiene una carga viral más alta en las células epiteliales nasales.

A través de una investigación con hámsters, concluyeron que la mutación BA.2 de Omicron (BA.1) amenaza al mundo dada su transmisibilidad e infectividad, en tanto que arrojaron que esta subvariante no sólo se propaga más rápido, sino que también puede causar una enfermedad más grave.

En contraposición a lo arrojado por este estudio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que si bien BA.2 es más transmisible que BA.1, la subvariante no es más grave y señalaron que su gravedad es equivalente.

A su vez, el último estudio realizado por investigadores japoneses de la Universidad de Tokio también arrojó que la subvariante BA.2 de Ómicron parece escapar en gran medida a la inmunidad inducida por las vacunas, al mismo nivel que la BA.1.

Cuando los investigadores infectaron a los hámsteres con BA.2 y BA.1, los animales contagiados con BA.2 se enfermaron más y su función pulmonar fue peor, aunque n muestras de tejidos, los pulmones de los hámsters infectados con BA.2 tenían más daño que los contagiados con BA.1, según lo que observaron los investigadores.

A su vez, se detectó que, al igual que el Ómicron original, BA.2 era resistente a los anticuerpos en la sangre de las personas que habían sido vacunadas contra el Covid.